lunes, 28 de diciembre de 2009

Autoportret radosny

Autoretrato alegre 
MIRON BIAŁOSZEWSKI 

No crean que no estoy feliz. 
Me alegra pensar. 
Piensen que me alegro.

La conciencia es el baile de la alegría. 
Mi conciencia baila 
    ante la lámpara de la lluvia 
    ante la cáscara de la pared 
    ante la tienda de comestibles con asambleas de col 
    ante los labios de los amigos que hablan 
    ante la misma mano inesperada 
    ante la escultura de la realidad que no fue vaciada - 

En el exceso del mejor juego 
y de la devoción mas sublime 
inseparadamente 
mi conciencia baila. 

Y cuando se alce el baile, 
como lo suele hacer cada ovillo,
iré al cielo - 
    donde nada se siente 
    donde desde el comienzo estuve, antes de ser 
    donde ya hasta el final estaré, cuando no sea 
    allí - una alegría que no se puede describir. 

 . . . . . 
Es todo.

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Texto tomado de aquí.

martes, 15 de diciembre de 2009

Dar

Regalo
CZESŁAW MIŁOSZ

El día tan feliz.
La niebla cayó temprano, trabajaba en el jardín.
Los colibríes se posaban sobre la madreselva.
No había en la tierra cosa alguna que quiera poseer.
No conocía a nadie a quien valga la pena envidiar.
Lo que haya sucedido de malo lo olvidé.
No tenia vergüenza al pensar que fui quien soy.
No sentía en el cuerpo dolor alguno.
Irguiéndome, veía el mar azul y las velas.



Berkeley, 1971


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Texto tomado de aquí.
Otra traducción disponible aquí.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Canallada :)

No sé si esto que es cierto para mí lo es también para otras personas, pero a veces pienso que algunas personas son infelices porque no saben que en esencia son malas y se engañan y tratan de ser buenas o virtuosas y ese esfuerzo, esa obstinación, esa terquedad por ser mejores no las hace buenas pero sí más infelices.
Tal vez las personas saben que cuando están a solas son peores, y por eso muchas le huyen a la soledad, porque no quieren recordar las miserias que habitan en ellas, porque esas miserias se disuelven o se encubren o se confunden cuando estás con otras personas y entonces tu verdadera identidad se entremezcla con las de los demás y ya nada es verdadero, salvo el esfuerzo por no ser quien eres, por buscar en los demás lo que nunca hallarás en ti porque no tienes el valor de buscarlo, de mirarte a la cara y decir: soy un cabrón y me encanta ser un cabrón y lo que me divierte es ser un cabrón y lo que me aburre es tratar de ser un santo. Santo cabrón es lo que soy.

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"El canalla sentimental" Jaime Bayly, Ed. Planeta, Barcelona 2008, pp. 394-395

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Archiconocido




Heces
CÉSAR VALLEJO

Esta tarde llueve, como nunca; y no
tengo ganas de vivir, corazón.

Esta tarde es dulce. ¿Por qué no ha de ser?
Viste de gracia y pena; viste de mujer.

Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo
las cavernas crueles de mi ingratitud;
mi bloque de hielo sobre su amapola,
más fuerte que su "¡No seas así!"

Mis violentas flores negras; y la bárbara
y enorme pedrada; y el trecho glacial.
Y pondrá el silencio de su dignidad
con óleos quemantes el punto final.

Por eso esta tarde, como nunca, voy
con este búho, con este corazón.

Y otras pasan; y viéndome tan triste,
toman un poquito de ti
en la abrupta arruga de mi hondo dolor.

Esta tarde llueve, llueve mucho. ¡Y no
tengo ganas de vivir, corazón!

jueves, 29 de octubre de 2009

Alíviame, María, alíviame...


Malegría
MANU CHAO

Por la calle del desengaño 
Esta mañana yo pasé
Con malegría otra vez 
Por la calle del desengaño 
Mi malegría emborraché 
Dentro un vasito de jerez. 
Cuando tú me hablas... 

Por la calle del desengaño 
Mañana pasearé
Con malegría otra vez 
Por la calle del desengaño 
Mi malegría ahogare 
Dentro un vasito de jerez... 
Cuando tú me hablas... 

Alíviame, María, alíviame 
Dame otro beso de jerez 
Mañana te lo pagaré 
Tu risa me da risa 
Tu calor me da valor 
Dame otro beso de licor... Cuando tú me hablas...
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Letras tomada de aquí.

martes, 27 de octubre de 2009

Szare pytanie

Pregunta gris
MIRON BIAŁOSZEWSKI

Los blancos se cubrieron de gris esmeralda
papel blanco con tazas sobre la mesa
trozo de sábana
tetera.

¿Qué es ese resplandor
que oscureció mi ventana?

¿Qué es lo que se oye
hoy
en el fondo de la ciudad?

¿Qué día es de la creación del mundo
y de qué personas?


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"Obroty
rzeczy. Wiersze" PIW, Warszawa 1957

miércoles, 21 de octubre de 2009

Sąsiadka powiedziała do sąsiada

La vecina le dijo al vecino
ANNA ŚWIRSZCZYŃSKA

La vecina le dijo al vecino:
- Desde que mataron a mi marido, no duermo,
cuando hay disparos - la manta sobre la cabeza,
toda la noche tiemblo bajo esa manta,
me volveré loca si estoy hoy sola en casa,
tengo cigarrillos que eran de mi marido,
venga en la noche.

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Texto encontrado en: "Budowałam barykadę", Wydawnictwo Literackie, Kraków 1984


viernes, 16 de octubre de 2009

Nie umiem pisać

No sé escribir
MIRON BIAŁOSZEWSKI
trad. Lucía Málaga Sabogal

oscuridad y penumbra...
que hay de la chompa vieja?
-sólo eso.

afuera
ya es luego del limón exprimido
nieve

el árbol helado y las estructuras del perfil
no hablan
no susurran

¿cómo huir de la palabra?

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"Obroty rzeczy. Wiersze" PIW, Warszawa 1957

  

martes, 13 de octubre de 2009

Palabras sencillas :)

Todo fue maravilloso
GERMAN BAUSCH BEDOYA

Soy un hombre como todos
y me despido de la vida,
sin la rencorosa herida
de algún dolor pasado.

Hoy mis labios se abren
como túnel a la sonrisa,
el tranvía de los ańos,
me ha dejado su ceniza.

¡No me quejo yo de nada!
¡Todo fue maravilloso!
¡No me quejo yo de nada!
¡Todo fue maravilloso!

Agradezco a mis pies,
que escalaron muchos montes
y que me abrieron horizontes,
donde versos respiraba.

A mis manos que escribieron
con colorido al dolor
adivinando el camino
que conducía al amor.

A mi trabajador siempre altivo
que resolvió sus problemas
y a mi cerebro pensativo,
en busca de libertad.

A mis ojos que filmaron
los paisajes mas azules
y a mi boca golondrina
palpitando en cada boca.

A mi ciudad que ha latido
con claridad de amigo
y a mi hogar establecido
con reproches y con besos.

Estratega en el amor
derribé muchas murallas
y no me importa corazón
si esta noche tú me fallas.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Salmo

Salmo
ENRIQUE VERÁSTEGUI

Yo vi caminar por las calles de Lima a hombres y mujeres
carcomidos por la neurosis,
hombres y mujeres de cemento pegados al cemento aletargados
confundidos y riéndose de todo.
Yo vi sufrir a estas pobres gentes con el ruido de los claxons
sapos girasoles sarna asma avisos de neón
noticias de muerte por millares una visión en la Colmena
y cuántos, al momento, imaginaron el suicidio como una ventana
a los senos de la vida
y sin embargo continúan aferrándose entre
marejadas de Válium
y floreciendo en los maceteros de la desesperación.
Esto lo escribo para ti animal de mirada estrechísima.
Son años-tiempo de la generación psicótica,
hemos conocido todas las visiones de Kafka y Gregory Samsa
pasea con Omar recitando silbando fumando mariguana
junto al estanque en el parque de la Exposición – carne
alienada por la máquina y el poder de unos soles
que no alcanzan para leer Alcools de Apollinaire(1).
Recién ahora comprendo mañana reventare como esos gatos
aplastados contra la yerba
y las cosas que ahora digo porque las digo ahora
en tiempos de Nixon – malísimos para la poesía
- corrupción de los que fueron elegidos como padres – gerentes
controlando el precio de los libros
de la carne y toda una escala de valores que utilizo
para limpiarme el culo.
Yo vi hombres y mujeres vistiendo ropas e ideas vacías
y la tristeza visitándolos en los manicomios.
Y vi también a muchos gritando por más fuego desde los auto-
buses(2)
y entre tanto afuera
el mundo aún continúa siendo lavado por las lluvias,
por palabras como estás que son una fruta para la sed.

(1) Unos soles de más o de menos
son unos soles de más o de menos en las arcas del espanto.

(2) pero nadie tuvo una luz para aliviar la pesadilla
para aliviar el horror.

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Texto tomado de aquí.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Mój testament śpiącego

Mi testamento del durmiente
MIRON BIAŁOSZEWSKI

oscuro negativo de la habitación
del que cayó
su escultura del día

mi negativo
conmigo
vertido en diferentes esquinas
este vacío mi pabellón
monumento sobre la cama

ah sí un par de coronas de papel secante
de ollas
de espinos
de paraguas bajo el lloviznar de la noche

todavía algunas veces
pegaré mis tizas
yesos
en cada vez peores formas y caracoles
hasta que al fin de verdad

dejaré de mi cáscara
así que de verdad
recuerden
paraguas

(Lírica de antes del sueño)
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"Obroty rzeczy. Wiersze" PIW, Warszawa 1957

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Studium klucza

Estudio de una llave
MIRON BIAŁOSZEWSKI

La llave
tiene
olor a agua de clavo
sabor a electricidad
y como fruta
es acerba
inmadura
siendo toda en sí misma
pepa.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Lenguajes V

Soneto 22
ALBERTO ALARCÓN

Me acompañas, tristeza, me acompañas,
con tu corte de símbolos: ayeres,
gaviotas, muelles lánguidos, mujeres
y un cuarto abandonado con arañas.

Sin embargo, tristeza, no me dañas.
Te busco en la penumbra tal como eres.
¿No es hermoso soñar que me prefieres
a los tantos poetas que acompañas?

Ya no te marches más, ven a mi lado,
acúname, ángel gris, en tu costado
y arroja a flor del aire lo que dices:

Mármol triste, glorietas derruidas:
palabras tan hermosas prohibidas
a quienes creen ser o son felices.

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Texto tomado de aquí.


jueves, 10 de septiembre de 2009

Desconcierto - Mar de Copas



En la inmensidad
de espacios congelados puedo estar
donde el silencio grita sin parar
mirándome a los ojos sin hablar
presa soy, aquí estoy, desconcierto
y en la oscuridad, te preguntarás
que será, dónde está, sin saberlo
es verdad, no es verdad; desconcierto.

Y al mirar atrás quieres regresar
no podrás, ya jamás, ni un momento
sin pensar, se te irán los recuerdos
sin hablar, te hablará el desconcierto.

Voy a despegar,
acelerando siempre un poco más
porque yo sé que tú también irás
volando entre las nubes sin parar
llegaré al final de un solo intento.

Falta poco ya, no miro hacia atrás
no podrás, ya jamás, ni un momento.
Sé que es verdad: a mi lado estarás
cantaré por ti, desconcierto
volaré por ti, desconcierto
gritaré por ti, desconcierto
moriré por ti, desconcierto.
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Letra tomada de aquí.

martes, 8 de septiembre de 2009

Psalm 3. O łasce























Salmo 3
De la gracia
KRZYSZTOF KAMIL BACZYŃSKI

¿De qué me sirve, Señor, ser mejor que las sombras? En su tumulto
no sé distinguir el fuego de tus revelaciones
de las sombras, que están en mí, y entre las que, perdido,
soy, de la oscuridad - deseo, y su corazón - oscuro.

¿Cuando a través mío llamas, cómo seguiré,
si soy para mí mismo el país prometido?
¿Y de qué sirve ser el cofre, en el que no hay más
que voz en él contenida y oro de sacrificios?

No soy nave para ti, pues cómo podría - sostener
tu tiempo no mencionado, entender tus sueños.

Yo mismo lloro soñando, aprisionado con miedo diminuto,
aplastado con un cielo de signos cuan techo caído.
Yo mismo en ese sueño extiendo mis brazos al silencio,
no conozco mis días, mis brazos - no oigo.

Devuélveme, Señor, la fuerza de esos reflexiones, concentradas,
donde a pesar del temor, conciencia - las manos son campanas,
serias, a mares sonando, y amables como el mundo,
que aunque están en él, su brillo superan - son definitivas.

20 XII 1941
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Texto tomado de aquí.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Serwus, madonna

Habla, madonna
KONSTANTY ILDEFONS GAŁCZYŃSKI

Que sean otro los que escriban libros. Incluso
que les suene la fama como torre de cien campanas,
yo no sé escribir libros, y no me importa la fama -
habla, madonna.

Si no es para mí la calma de libros que brillan en lo alto
y la primavera tampoco para mí, el sol y el verdor aromático
solo la noche, la noche de lluvia y viento, y el alcohol -
habla, madonna.

Hubo otro antes de mí. Vendrán otros luego,
pues la vida es persistente en el tiempo y la muerte no da fruto.
Todo como el sueño que un loco ha soñado distraído-
habla, madonna.

Eres tú, adornada de doradas caléndulas,
flores de mi infancia, tú callada y olorosa-
que el rocío lavará la suciedad de mis manos, te trenzo coronas-
habla, madonna.

No desprecies la corona de un poeta, golfo y granuja;
me conocen redactores, me conoce la policía equina,
y tú eres mi madre, amante y musa-
habla, madonna.

1929
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"Pieśni i inne wiersze" Krajowa Agencja Wydawnicza, Rzeszów 1993

Pieśń o żołnierzach z Westerplatte

Canto sobre los soldados de Westerplatte
KONSTANTY ILDEFONS GAŁCZYŃSKI

Cuando se cumplieron los días
y toco morir en el verano,
directo al cielo de a cuatro iban
los soldados de Westerplatte.

(Y el verano era tan bello ese año.)

Y así cantaban:- Oh, no es nada,
que hayan dolido tanto las heridas,
pues cuan dulce es ir ahora
a esos claros celestiales.

(Y en la tierra ese año había tanto brezo para hacer ramos.)

En Gdansk estuvimos como muralla,
nos importaban un pito los cañones alemanes,
ahora nos elevamos entre las nubes,
soldados de Westerplatte.

Y aquellos, que buena vista tienen
y oído, al parecer escuchaban,
retumbar en las nubes el firme paso
del Batallón Marino.

Y se oía un canto así: - Para
aprovechar el tiempo de sol,
vamos a calentarnos en días templados
en los brezales paradisíacos.

Pero cuando el viento frío suene
y la tristeza ronde por el mundo
al centro de Varsovia bajaremos,
soldados de Westerplatte.

1939

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"Pieśni i inne wiersze" Krajowa Agencja Wydawnicza, Rzeszów 1993

miércoles, 19 de agosto de 2009

Lenguajes IV

Verano
GEORG TRAKL

Al atardecer calla el lamento
del pájaro en el bosque.
Se inclina la mies,
la roja amapola.

Una negra tormenta amenaza
sobre la colina.
El antiguo canto del grillo
perece en el campo.

Ya no se mueve el follaje
del castańo.
En la escalera de caracol
susurra tu vestido.

En silencio alumbra el candil
en la habitación oscura;
una mano plateada
la apaga.

Quietud del viento, noche sin estrellas.

Versión de Helmut Pfeiffer
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Texto tomado de aquí.

Wiśnia i rozumienie - Jolanta Brach-Czaina



La guinda y el entendimiento


Aquello de lo que quiero hablar se refiere a la existencia bajo la forma del concreto existencial, como lo es tanto una piedra encontrada, como cada uno de nosotros. Se puede decir también, que se refiere al ser- entonces a aquello, que es y que tiene el poder de la presencia pleno, expresado en el termino ES. Pues acaso se puede ser de modo mas fuerte que aquello, que es? Y acaso nuestros pensamientos no deberían volverse hacia aquello, que es, hacia el ser que nos rodea, y que también somos nosotros mismos?

Sin embargo no quiero pensar sobre el ser en general; dejo reflexiones así a filósofos en los que no hay amor al concreto existencial que nos rodea y con el que, según creo, tenemos derecho a identificarnos. Tampoco quiero hablar sobre el ser en totalidad, porque no lo encontramos en esa forma, sino encarnado en el concreto existencial: hechos, fenómenos, acontecimientos.

La fruta de guinda. Brillosa. Madura. Repleta de jugo. La cascara tensa y reluciente. Rojo intenso. Marrón espeso. Inquietantes espejos de negrura. Si se nos ocurriera comparar a la guinda con la sandia, habría que decir que es pequeña- y de ese modo degradarla. Pero la guinda no lo permite. No hay motivos para hacer comparaciones con alguna pesada sandia mate, cuando miramos la llena de brillo, roja, fruta de guinda.

Todavía el pedúnculo apegado -lo que queda de la anterior forma de ser- que pierde el verdor y se vuelve marrón, en realidad no tiene ya importancia y no llama la atención, aunque sabemos que la fruta le debía mucho alguna vez. Pero puesto junto a ella, el pedúnculo es misero y poco interesante, como el pasado que se seca. Puede ser desechado.

Creo que cuando los filósofos hablan con desesperación sobre el silencio del ser, esto resulta de la falta de comprensión del lenguaje del ser, que no se dirige a nosotros como totalidad, sino a través de los concretos existenciales, menudencias significantes. Lo cierto es que ellas son capaces de sugerir la voz de la totalidad. Pero que siempre suena en las menudencias de la existencia.

El silencio del ser- o mas bien la falsa sensación de silencio- aparece también del ensordecedor ruido del pensamiento y habla humanos, de la bulla que despertamos en el planeta. El sentido de nuestras palabras es incomparablemente mas agudo, atacante, explicito que los signos que apenas se muestran en el superficie de la guinda.

En comparación con otras frutas, la guinda tiene la particular capacidad de atraer la vista. Provoca. Dondequiera se encuentre, llama la atención: entre una crema blanca, en el pasto, sobre el mantel al que de pronto amenaza con manchar, en la acera y en la suciedad de las alcantarillas de la calle, en la rama del árbol, donde claramente se distingue del fondo de hojas. A pesar de su reducido tamaño puede dominar el espacio que la rodea. Se puede menospreciar a una ciruela, pero es difícil permitirse dejar pasar de largo a la guinda.

El pensamiento de Heidegger, cuya „Introducción a la metafísica” se basa en la pregunta leibniziana: „Por que existe mas bien algo que nada?” conduce las reflexiones sobre el ser y la existencia hacia el concreto existencial. Pero la pregunta „por que” exige en la respuesta la determinación de la causa. Leibniz la encontraba en Dios. Mientras tanto a Heidegger en el fondo no le interesaba establecer aquella causa. Quería atrapar la existencia en su esencia y se encontraba con el hacerse, con el síntoma o aparecer así como con el pensar y con el deber vinculados a nuestro particular modo de existir. Mas lo importante es que preguntaba por „algo” que existe. Y vale la pena seguir esa pista, incluso si tuviera que interesarnos no porque „algo” existe sino de que modo „algo” que existe interrumpe el silencio del ser y apela a nuestro entendimiento. Y tal vez también nos ayuda a entendernos a nosotros mismos.

Si la existencia es un valor, entonces la guinda existiendo realiza ese valor, de modo semejante a como también nosotros lo encarnamos con la propia existencia. Se nos puede indicar entonces cierto campo común de valor. Y lo importante no es si la guinda lo sabe o no. Se trata de hechos. Si la existencia es una valor, entonces independientemente de aquello que pensemos al respecto, existiendo junto a la guinda encarnamos ese valor.

La roja y redonda fruta demuestra una alegre perfección, que se le podría envidiar. Obliga a que se le admire. Impone las condiciones de confrontación y conduce a pensar en nosotros en común. En presencia de una guinda madura -porque la dominación a la que cedemos obliga a hablar de presencia- no nos sorprende que Carl Gustav Jung relacionara el logro de estados de síquica plenitud con la necesidad de rodearse de objetos con forma redonda. Incluso cuando nos acostumbramos a referirnos escépticamente a su teoría, la guinda, por fuerza de su brillo y su redonda perfección, obliga a pensar en la plenitud y en que tal vez valga la pena acercarse a ella, del mismo modo que vale la pena estirar la mano hacia la fruta de guinda que yace ante nosotros. En todo caso el contacto con la guinda es capaz de despertar en nosotros la valentía y el optimismo. Y otra vez hay que reconocer que si la perfección es un valor, podemos pretenderlo en iguales condiciones que la guinda, situación que es tanto mas atrayente, por cuanto tenemos libertad para decidir el área en la que la pretendida perfección resulte ser para nosotros merecedora del esfuerzo. Deberíamos estar agradecidos a la fruta de guinda por esta acción tan movilizadora.

La representación de la existencia, que es „algo” como menudencia del ser, no puede ser confundida con un fragmento de la realidad. Los fragmentos son elementos voluntariamente recortados de la totalidad y no constituyen estructuras naturales, como lo son las partículas de la existencia encarnadas en el concreto existencial. Los fragmentos son la realidad recortada. Separados de la totalidad por un cataclismo- como una pata separada de la mesa o una pierna de un hombre- o separadas artificialmente, para, como suponemos, facilitar su entendimiento, arrancadas de su ambiente natural, recortadas al tamaño de un preparado y colocadas bajo un microscopio electrónico- callan. El recortar fragmentos de la realidad es causado por una desesperada lucha de la mente por orientarse en el mundo, emprendida sin embargo de un modo tal como para no escuchar al mundo, sino a la realidad que nos rodea trozarla, aplastarla, y apresuradamente aprovechar. Se puede actuar así y así también sucede, pero eso no facilita los acuerdos y nos arranca del sitio al que pertenecemos. Cada fragmento del mundo que logramos indicar o marcar, da cuenta de nuestra propia voluntad y nos desorienta cada vez mas.

Pero cuando percibimos „algo” y ademas podemos darnos cuenta de que es algo y no cualquier cosa, las cosas se presentan de otro modo. Separando pues el mundo en fragmentos no le permitimos hablar con su propia voz. Mientras que cuando concedemos que algo capte nuestra atención, tomamos una posición mas humilde, pero que permite la orientación en aquello que nos rodea y que no depende de nuestra voluntad. Son fragmentos de la realidad partes suyas recortadas de la totalidad arbitrariamente, por fuerza de nuestra decisión, motivada las mas veces por el descuido o la comodidad miope. Mientras que las partículas del ser exigen atención por si mismas. La existencia se espesa en el ellas en concreto existencial, que no debe ser menospreciado. Al fin y al cabo, nosotros mismos somos partículas del ser, y no fragmentos. Somos concreto existencial. La fragmentación de la realidad debe ser, pues, rechazada, como actuación indigna de pares que somos en el mundo, y como insensatez. Pues no aspiramos aquí a elevarnos por encima del mundo, sino a una escucha que no nos quite la oportunidad de entendernos a nosotros mismos. Sin embargo, para escuchar algo, hay que callar uno mismo.

La guinda partida por el cuchillo. Del modo que lo hagamos, no queda bien. Cortamos por el medio- el cuchillo golpea el hueso, así que lo pasamos alrededor, partimos la fruta, el jugo chorrea por nuestros dedos, salpica a todos lados. El efecto final de la operación es realmente lamentable. Media guinda con el hueso, media con un hueco. Esto no sirve de nada. Ni siquiera podemos ver que es en verdad el interior de la guinda, cuando la observamos con tales heridas. Cortamos entonces por el borde. La fruta violada de este modo puede servir a lo mas como preparado si quisiéramos ver el corte perpendicular de la pulpa. La guinda cortada es carente de sentido. Esas células llenas de liquido. Aumentadas innaturalmente bajo el microscopio. No vale la pena llamar a eso guinda.

El conflicto esbozado entre la tendencia a escuchar el concreto existencial y la postura conducente a cortar la realidad en fragmentos arbitrarios y dictar al mundo condiciones, en las que se le permite ser útil, puede ser evitado parcialmente introduciendo la noción de objeto, pues en el fondo de las cosas se trata aquí de encontrarse entre objetos existenciales.

El objeto es aquello que existe y que es percibido. El ser y la acción de ser observado marcan el status del objeto. No cada cosa es objeto, sino solo aquella que tiene la capacidad de actuar y concentrar en si la atención.

No inventamos objetos, sino los encontramos. Vienen a nosotros desde afuera y exigen escucha. El fragmento es constituido por nosotros e impuesto al mundo; el objeto nos impone algo. Aunque sea una partícula del ser a la que apenas nuestra atención constituye finalmente en objeto, sin embargo la atención constituye la respuesta que otorgamos a la llamada dirigida a nosotros.

En el dialogo con el objeto lo importante es que lo percibimos. Si se puede hablar de objetividad, ella estaría de su parte y de nuestra existencia mas que de la percepción. Los objetos existenciales no se oponen a la visión individual, porque en el intercambio o acuerdo que aquí se da es sumamente importante el testimonio individual, la verdad individual, aunque ella no es extraída de cualquier modo, sino entresacada de concretos existenciales y por ellos mantenida en sus limites.

Ese mismo „algo” puede ser objeto existencial para uno, y no serlo para otro. Puedo pasar junto a una piedra sin percibirla. Sin embargo si la percibo y la pateo, su status existencial cambia violentamente. La piedra percibida y pateada ya no es un anónimo „algo” derretido en la falta de fin del ser. Son objetos los seres que han perdido el anonimato. Irradian, provocan, esperan, para hacerse vivos realmente en el campo de nuestra atención, a la que se ofrecen desinteresadamente. Por supuesto el status de objeto se puede obtener así como perder. Puede también graduarse dependiendo de la fuerza de influencia. Da vergüenza decir cuantas acciones tomamos, no pocas veces, nosotros mismos, con tal de volvernos objeto de atención.

Los objetos no existen de modo totalmente objetivo, pues no para cada mente tienen el mismo valor. Gracias a que no son iguales para todos es posible la conversación, el intercambio, la comunicación entre los seres. De un puñado de sentidos, escogemos algunos. Y aunque sea en eso consiste nuestra participación en la conversación. No se debe buscar en esta posición una antropomorfizacion de todo el ser. Si en el caso del arte también nos comunicamos con el objeto pero no con su autor. Y a pesar de experimentar a veces la bendición del contacto y la iluminación que se da entonces, no otorgamos a los objetos del arte características humanas. Estoy aquí muy lejos de pensar que la antropomorfizacion del ser pueda ser su nobilitación. Sospecho incluso, que mirando la realidad se podría adquirir el convencimiento de lo contrario.

El intercambio con el objeto es posible gracias a que somos nosotros quienes recogemos los sentidos que irradia, así como los buscamos y modelamos. Lo cual no significa que se omita la verdad existencial. Porque esta es una afirmación de aquello que es, de modo que también para cada uno de nosotros es, de este modo precisamente. El encuentro con el objeto permite la objetivación, es decir el atrapamiento y la expresión de cierto estado de la cosa.

Concreto capaz de convertirse en objeto existencial puede ser todo lo que existe. Cada cosa: arena, rata, plato, capullo, salchicha, niño naciendo. Y cada actividad: comer, caminar, dar a luz, morir. Si tienen el poder de actuar, si se da nuestro choque o encuentro con ellos, para que seamos capaces de recoger el sentido unido al concreto existencial. Que nadie diga que el sentido existencial no puede sernos revelado por empanadillas confrontadas con el hambre. Si nos muestran la posibilidad de la existencia o de la no existencia, y con ello atraen valores existenciales: la existencia y la nada como valores. No considero que sea necesario convencer a alguien del aura de sentidos que brillan alrededor de la salchicha, si ya lo demostró concienzudamente Rafal Wojaczek. También Miron Bialoszewski coloco no pocas cosas en su sitio adecuado en el orden de la existencia. Y que los filósofos no se animen, no es culpa de los poetas. Y aunque todo puede volverse objeto existencial, no sucede frecuentemente. Seguramente porque el sentido contenido en el ser es débilmente legible y raramente se nos impone con plena evidencia, pero también es porque nosotros no estamos suficientemente atentos. Si fuera de otro modo, quien podría dudar del sentido de la existencia, si este se impusiera por si mismo?

Cuando decimos sobre los objetos que son existenciales, cuando los determinamos así, es
refiriéndose a la existencia, a la que remiten por el directo hecho de ser y porque son capaces de alumbrar nuestra existencia.

Para comunicarse con la fruta de guinda, no tenemos que mirarla. Basta tocar. Bajo los dedos percibimos entonces una cascara tan increíblemente suave, que nuestra piel con dificultad y solo en algunas partes del cuerpo resiste a la comparación. Cuando tocamos con la guinda la mejilla o el vientre, aun podemos contar con cierta camaradería, porque el contacto no resulta para nosotros tan poco a favor. Pero ya la mano puesta junto a la fruta de guinda es aterradoramente gruesa, sin mencionar el pie. Y al talón mejor ni acercar la guinda, porque el talón no llega hasta ella.

Por supuesto lo mas importante es tocar la guinda con los labios y con la lengua. Recién entonces se revela toda su delicadeza y la tersura de la plenitud de la esfera viva que la guinda constituye. La guinda ligeramente resbala dentro de los labios burlándose de los dientes que la atrapen, pues antes que sea aplastada hay tiempo para que su forma perfecta sea apreciada.

Particularmente importante parece ser la hendidura dejada por el pedúnculo rechazado. Claramente percibimos con la lengua un ligero desorden de la simetría esférica, que de otro modo podría ser tediosa, sobre todo cuando movemos velozmente con la lengua a la guinda encerrada en la boca. La fruta de guinda nos dirige hacia la parte sensual de la vida y la atrae como un valor.

El encuentro con las partículas del ser, aunque consiste en prestarles atención, concierne a nuestra existencia. Como si se volteara la dirección de la mirada, e incluso se nos devolviera el esfuerzo. Parece ser la gratitud de las cosas. Cuando intentamos entender el mensaje que viene hacia nosotros del concreto existencial, en definitiva llegamos al conocimiento de nosotros mismos. Tal vez porque nosotros mismos somos concreto existencial y porque se da aquí el encuentro de existentes, en el que se devela el sentido que nos es común.

El entendimiento dentro del ser consiste en la comunicación, en descubrir aquello que es dirigido a nosotros como existentes y enviado por „algo” que solo también existe. Debemos reconocer „algo” como parte del todo y reconocernos a nosotros como siendo en esa misma totalidad y pertenecientes a ella fundamentalmente. Es necesario pues reconocer el hecho como existente y que a través de su existencia muestra nuestra existencia. Se trata de, viendo una piedra, un zapato o una cucaracha, entender que nos une y que nos separa. Como existimos? Hacia que? Que valores encarnamos? Se trata de entenderse mejor gracias a la fruta de guinda.

El habla interior del ser permite el descubrimiento de valores. Acaso su fundamento sea el valor en si de la existencia misma, y sobre el se construyan los siguientes valores. En todo caso ciertos hechos elementales parecen indicar a ese valor.

Digamos que alguien esta siendo golpeado, no tanto con una piedra como con su presencia, que esta en presencia de una piedra sospechosa de ser fogata de sentido que emana. Que dice la piedra encontrada, percibida? Puede ser motivo de orgullo a causa de nuestro refinamiento en comparación con cierta clase de simplicidad de la piedra, como ser tan poco complicado en comparación con nosotros. Pero puede también atemorizarnos cuando pensamos en nuestra fragilidad en comparación con la descarada persistencia pétrea. Por fin puede suceder que por algún motivo percibamos la propia vida como petrificada. Mientras que a un escultor la piedra le mostrara toda su capacidad de perder la persistencia pétrea y le sugerirá caminos de la propia transformación. Entre tan diversos sentidos ninguno es impuesto a la piedra. Como ningún sentido le es impuesto a la guinda capaz de provocar en nosotros la atención.

Cuando captamos el habla del concreto existencial, entonces el ser se comunica dentro de la comunidad existencial, y ella misma se descubre como valor. Descubrimos la dialectica de la diferencia y la pertenencia, valores opuestos, de los que cada uno es precioso y capaz de dirgir nuestra existencia. Cada uno vale ser encarnado con la misma existencia de uno.

Tenemos entonces „algo”, partículas del ser, estados de las cosas, acontecimientos, hechos existenciales y encuentros con ellos, la cesión a su influencia, el esfuerzo por entender el sentido que son capaces de sugerirnos- y todo esto exige hacerse consciente de que el concreto existencial tiene una dimensión metafísica.

El ser un hecho y el sentido, si queremos abrirnos a ellos, nos conducen infinitamente lejos, no solo en el sentido de que nos muestren una lejana perspectiva, sino también en que nos llevan a ella- si queremos entregárnosles, de modo que nos dirijan.

Cuando damos una mordisco a la guinda, choca el contraste entre la delicadeza de la pulpa y la dureza del hueso. La mezcla entre la suavidad y la dureza nos es conocida de nuestro propio comportamiento y no tenemos que buscarlos en la guinda, pero por supuesto nos causa placer el descubrimiento de un espejo en el que podamos mirarnos.

La comunicación con el objeto y con uno mismo a través del objeto existencial encontrado exige el cumplimiento de ciertas condiciones. Ante todo debemos encontrarnos en la órbita de influencia del hecho que nos golpea. Hay acontecimientos de indudable fuerza, sobre la que no podemos no pensar, estamos dispuestos a subordinarle áreas mas amplias de nuestra vida.

Ya el primer chorro de jugo que chorrea de la guinda apretada por los dientes muestra todo el sabor. Es tan compuesto, que es difícil con una sola palabra nombrar como es. Quizás ante todo inquietante. Cuando vamos tras esa estela, que en un primer momento parece ser dulzura, nos detiene el amargor. Entonces nos damos cuenta de que es amargo, pero también sabemos que si ello fuera verdad, no nos parecería tan atrayente. Nos sentimos hasta tal punto desorientados que si alguien afirmara que la guinda es amarga, sabiendo que no dice la verdad, no tendríamos valentía para negarlo. El sabor de la guinda es agudo, conmovedor, y lo sentimos no solo en los labios, porque nos toma por completo. Parece que la guinda tiene sabor a guinda, y al mismo tiempo algún otro que conocemos bien. La fascinación que experimentamos puede provenir de que parece tener alguna relación con la existencia y puede que incluso sea ese justamente su sabor.

Si nos mantenemos sordos ante este genero de habla que suena dentro del ser podemos pasar indiferentes ante los mas gritones, drásticos acontecimientos, sin enterarnos de nada y sin recibir ninguna indicación. Pues la segunda e imprescindible condición para entender los comunicados del ser es nuestro estar listos para escucharlos. Atención. Tensa alerta. Sin embargo somos nosotros quienes leemos, aunque solo aquello que nos esta dado para ser leído.

Todo ello exige rigor, sobriedad y una unión entre el deseo de entregarse a la radiación de los significados con el criticismo. Puede suceder pues fácilmente que entre el habla poco clara del ser escuchemos tan solo la propia voz. Se trata entonces de moderarse a uno mismo. Si queremos enterarnos de algo, no podemos hacer creer nada. Cuan chapucero es un escultor que no ve lo que le sugiere la piedra y violentando la materia impone en ella su propio punto de vista, así también nosotros somos chapuceros cuando callamos el habla del ser con nuestro propio habla y lanzamos sobre el objeto existencial a nosotros mismos.

Tenemos una tarea nada fácil, pues en el fenómeno que se da nuestro rol es inmenso. Ante nosotros un sentido dado, que espera y puede ser recibido o no. Así que por nosotros recibido, que nos espera. Del lado del ser una desinteresada y caótica emanación, y ante ella nosotros motivados con preguntas que nos persiguen, eligiendo, interpretando. En esas circunstancias es muy fácil que se de un malentendido o que se imponga una mentira.

La masa para empanadillas con guindas no puede ser muy dura, porque debe estar a la altura de la delicadeza de la guinda y de su particular unión de características contrarias. No se trata de que sea una masa liquida, como para panqueques, pero debe reunir en si y expresar una adecuada oposición entre la dureza y la liquidez. Acaso de otro modo podría pretender envolver a las frutas que tan hábilmente unen la pulpa esponjosa, el jugo brotante y la implacable dureza del hueso. Por cierto para hacer empanadillas el hueso debe ser arrancado, pero su recuerdo persiste.

La masa es mejor cuando en vez de pegarla con agua fría, la mezclamos con agua hirviendo y la aplastamos con un huevo entero. Solo entonces se logra la elasticidad adecuada que se puede percibir con la mano. La masa lista deber ser estirada del modo mas fino, aunque sin exagerar, para que no se rompa durante la cocción. Colocamos las guindas sin hueso en montones al borde de la masa, cuyo borde que cae mas allá de la mesa levantamos levemente y cubrimos con el las frutas. Cortamos las empanadillas con una forma especial o con una copa. Es el modo más rápido de hacerlas. Quien no tiene experiencia puede cortar con un vaso trozos redondos de la masa, poner sobre ellos las guindas y unir los bordes con las manos. Hay que apretarlos muy fuerte, de modo que las guindas no salgan durante la cocción. Después de pegarlas, es bueno poner las empanadillas sobre un colador, una junto a otra, y cubrirlas con una leve capa de harina. Las cocinamos igual que las bolas de pasta. Lanzamos las empanadillas sobre agua hirviendo, que ya tiene algo de sal, y después de algunos minutos, cuando salgan flotando hacia la superficie, las sacamos con un cucharon y las colocamos en una fuente. Lo mejor es servirlas con crema de leche dulce y azúcar en polvo.

Cuando de la empanadilla aplastada por el tenedor brota el jugo y el hilo rojo entre la blancura de la crema de leche se convierte en un suave rosado de paloma, podemos sospechar que se ha dado una transformación del sabor. Y sin embargo, a pesar del anuncio dado por el movimiento de los colores, junto al primer bocado sentimos asombro. Donde quedo la acritud de la guinda? Porque lo que experimentamos es una pura y amigable suavidad encarnada en un bocado de empanadilla. Entonces aunque el agudo sabor de la guinda parecía antes corresponder perfectamente al sabor de la existencia, vale la pena recordar que hay circunstancias en las que la misma guinda revela otro sabores.

En los hechos existenciales esta contenido un infinito potencial de sentido para recoger y tomar. Porque en el orden existencial el sentido es no solo en aquello que puede ser leído, sino también lo que puede ser tomado personalmente.

Aquello que es dado con el ser y reconocido por nosotros en las menudencias de la existencia como valor, puede servir no solo a iluminar nuestra existencia, sino también a dirigirla, pues puede llevar a descubrir los fines que nos son propios. Entonces la radiación de sentido, que recibimos o encontramos, puede hacer que irradiemos.

No hay hueso con la que se pueda escupir del mismo modo que con el hueso de la guinda. Redondo, pequeño y duro asemeja una piedra disparada con una honda. En el corto arco entre la boca y la tierra permite cerrar toda la agresión que nos llena, que se hace posible separar de sus verdaderas causas y traspasarla al hueso. El intento simbólico de matar algo. Porque al escupir el hueso, queremos liquidarlo una vez por todas. El gesto de escupir anuncia la muerte de la guinda. Pero la guinda crece del hueso y la anulación puede fructificar en renacimiento. Nosotros mismos también fluctuamos entre esos dos estados, amenazados por la desesperación y tentados con la esperanza en todo momento.

La voz del concreto existencial de modo no obligado, desinteresado, como sin querer, nos indica el sentido del ser. Cuando nos rodean las dudas, si se despiertan sospechas acerca de si estamos en el mundo como no en el sitio adecuado, y empezamos a plantearnos esa pregunta inútil por el sentido de la propia presencia, entonces los elementales hechos existenciales son capaces de otorgarnos al menos una respuesta parcial.

Si la movilización de nuestra atención hacia el concreto existencial fructifica en comprensión y acuerdo, si al menos en parte oímos una respuesta a la pregunta sobre quien somos, y si lo conseguimos de modo tan no egocéntrico, como lo es la vuelta hacia aquello que esta al lado nuestro- nuestro esfuerzo no debería ser inútil.

Por supuesto el concreto metafísico puede ocultar y puede demostrar un sentido que nadie lee y nadie toma. Pero eso no significa que ese sentido no este allí. El espera al descubrimiento y a ser tomado. Capaz de explicar que es la existencia, también la nuestra.


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Jolanta Brach-Czaina, "Szczeliny istnienia", Państwowy Instytut Wydawniczy, Warszawa 1992

domingo, 2 de agosto de 2009

Aquellas pequeñas cosas - Joan Manuel Serrat



Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas

que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.


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Letra tomada de aquí.

martes, 21 de julio de 2009

Copa rota

Copa rota
BENITO DE JESÚS

Aturdido y abrumado, por la duda de los celos 
se ve triste en la cantina a un bohemio ya sin fe, 
con los nervios destrozados y llorando sin remedio, 
como un loco atormentado por la ingrata que se fue. 

Se ve siempre acompañado del mejor de los amigos 
que le acompaña y le dice, ya está bueno de licor, 
nada remedia con llanto, nada remedia con vino, 
al contrario la recuerda mucho más tu corazón. 

Una noche como un loco mordió la copa de vino 
y le hizo un cortante filo que su boca destrozó, 
y la sangre que brotaba, confundióse con el vino, 
y en la cantina este grito a todos estremeció; 

Mozo... sírvame la copa rota, 
sírvame que me destroza 
esta fiebre de obsesión 

Mozo... sírvame la copa rota, 
quiero sangrar gota a gota 
el veneno de su amor 

Mozo... sírvame la copa rota, 
sírvame que me destroza 
esta fiebre de obsesión 

Mozo... sírvame la copa rota, 
quiero sangrar gota a gota, ja ja ja, 
el veneno de su amor.

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Letra tomada de aquí.

miércoles, 15 de julio de 2009

Difícil soneto

Difícil soneto
WASHINGTON DELGADO

De mis años de infancia llueven pétalos
que el viento y los insectos pisotean,
plumas, estambres, élitros y pinzas,
desde mi infancia abandonados,
vuelven de pronto y pronto son barridos.

El tiempo desmenuza mis corbatas,
avienta mis papeles, se fuma
mis cigarros y sin cesar se pierde
tras de la esquina.

Día que apenas vivo y se hace noche
y se sumerge en una marejada de almanaques,
sus huellas son de viento y no me sirven.

Vivo para mañana y eso es todo.
Y eso no es nada. Y sin embargo es
la única luz que alumbra este soneto.

lunes, 15 de junio de 2009

Dolina w długich cieniach

El valle en sombras largas
EDWARD STACHURA

Cuando llegué a este valle,
El dáa se inclinaba al ocaso.

El sol a mi altura estaba
En el horizonte, al otro lado
Y se podía su brillo suave
Al fin sostener sin entrecerrar los ojos.

Mientras el valle yacía en largas sombras
Entre montes grisazules;
Callado y tranquilo-
Aquí hace tiempo que ya había pasado la guerra.

La cabeza me jalaba hacia abajo,
Estaba cansado con el largo y enojoso camino,
Estaba de todo harto ya y en la mente
Veía aquí al fin la hospitalidad deseada.

Este valle yacía en largas sombras
Entre montes grisazules;
Callado y tranquilo-
Aquí hace tiempo que ya había pasado la guerra.

Lo pensé largo tiempo: no me lancé hacia abajo.
No me tengo pena aun por eso, mientras tanto.
Ya el sol cayó, y yo seguía parado,
¡y desde allí hasta aquí vine a cantar!

El valle de la muerte yace en largas sombras
entre montes grisazules;
Callado y tranquilo-
Ahí hace tiempo que acabó la guerra.

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Texto tomado de aquí

si algo así como el amor está en el aire - Mar de Copas



cómo es la vida, cómo es

te encuentras destruido
de nada te ha valido la vida como es
luego el futuro te negó
el mundo te gritaba:
"tú ya no vales nada"
el futuro te negó

una joya como tú...un regalo como tú

¿qué tiene nada que ver
con esto la realidad?
dime ¿quién sabe querer?
a mis brazos se entregó
¿no sería demasiado?
y que bien se está a su lado

¿cuánto dura ser feliz?

son segundos nada más
lo demás es caminar
por una vida sin ley
y agarrarlo al vuelo hoy
si algo así como el amor está en el aire

y todo tiene su final

y yo te debo un adiós
es solo un gesto de amor
saber decirlo sin más
¿en qué momento escribir
una carta del adiós?
solo quiero un día más
(o quizás que sean dos)

después de un sueño tan largo

como la cura de un sueño
cada quien a su lugar...
tu risa es la mejor risa
tu boca es la mejor boca
tu beso es el mejor beso
tu olvido el peor olvido
¿a quién le importa una ley?
¿a quién le importa un buen dios?

nunca supe merecer

las cosas que regaló
como un consuelo fugaz
si algo así como el amor está en el aire

con una mano me dio,

con la otra me lo quitó
siempre lo pude saber:
"lo tienes que devolver"
¡y lo devuelvo sin más!
si algo así como el amor está en el aire.

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Letra tomada de aquí.

sábado, 16 de mayo de 2009

[My to nie wiem co chcemy]

EDWARD STACHURA

















Nosotros ya no sé que queremos
pero yo así nacería
de las aves por última vez
y a los bosques de olivos, hospitalarios no menos
a mi hijo llevaría y a su más querido caballo

y después ya me podría solo festejar
y arder y olvidar lentamente
cada vez más hacia el sol y más alto
como a un pozo donde la kerosén
y la llama de mis cabellos bajando

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Edward Stachura, "Wybór wierszy", Młodzieżowa Agencja Wydawnicza, Warszawa 1982

[Odnalazły się marzenia]

EDWARD STACHURA

Se encontraron los sueños
que guardé alguna vez
en el bolsillo horadado
cuando la noche
corneja enorme
volaba hacia el río claro-bueno
Aquella noche
los murciélagos se tragaron a todas las estrellas
mariposas blancas
quedaron solo las mariposas negras
La verdad era como la luna
rodando sobre un espejo liso
durante cuatro semanas
Se encontraron los sueños
gruesa vara de roble


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Edward Stachura, "Wybór wierszy", Młodzieżowa Agencja Wydawnicza, Warszawa 1982

Algunas estratagemas de la "Erística o el arte de tener razón" de Schopenhauer

ESTRATAGEMA 8
Provocar la irritación del adversario y hacerle montar en cólera, pues obcecado por ella, no estará en condiciones apropiadas de juzgar rectamente ni de aprovechar las propias ventajas. Se le encoleriza tratándole injustamente sin miramiento alguno, incomodándole y, en general, comportándose con insolencia.

ESTRATAGEMA 14
Una jugada descarada es la siguiente: cuando el adversario ha respondido a varias preguntas sin favorecer la conclusión que teníamos pensada, se enuncia y se exclama ésta triunfalmente como si ya estuviera demostrada, aun sabiendo que no se sigue de las respuestas dadas por el adversario. Si éste es tímido o tonto, y nosotros poseemos el suficiente descaro y una buena voz, puede salir bien la jugada. Esta estratagema pertenece a la fallacia non causae ut causae [engaño producido al tomar lo no fundamentado por el fundamento].

ESTRATAGEMA 16
Argumenta ad hominem o ex concessis. Con respecto a una afirmación del adversario, tenemos que buscar si de alguna manera no estará en contradicción -en caso necesario, por lo menos en apariencia- con alguna otra cosa que él haya dicho o admitido previamente, o con los principios de una escuela o secta que él haya alabado o aprobado; también con hechos de quienes pertenecen a tal secta, o con los de miembros falsos o supuestos, o con su propia conducta. Si, por ejemplo, él defiende el suicidio, se le espeta: " ¿Por qué no te ahorcas tú ?". O si afirma que la permanencia en Berlin no le es grata, se le increpa inesperadamente: "¿Por que no te marchas de aquí en el primer correo?". De una forma u otra podrá encontrarse algún tipo de incomodo.

ESTRATAGEMA 32
Una forma rápida de invalidar o, al menos, hacer sospechosa una afirmación del adversario que no nos conviene es subsumirla bajo una categoría aborrecible con la que pueda tener alguna semejanza, con la que se la relaciona sin más: por ejemplo "esto es maniqueísmo, esto es arrianismo; esto es pelagianismo; esto es idealismo; esto es espinozismo; esto es panteísmo; esto es brownianismo; esto es naturalismo; esto, ateísmo; esto es racionalismo; esto, espiritualismo; esto es misticismo; etc." - Con lo que suponemos dos cosas: 1) que la afirmación es idéntica o, al menos, está contenida en tal categoría y podemos exclamar: "¡Oh, esto no es nuevo para nosotros!" y 2) que tal categoría ya está refutada del todo y no puede contener ni una sola palabra de verdad.

ESTRATAGEMA 36
Desconcertar y aturdir al adversario con absurda y excesiva locuacidad. Esto tiene que ver con que frecuentemente creen los hombres, al escuchar palabras huecas, que se trata de graves pensamientos. Si el adversario es consciente de su propia debilidad y lo oculta, si está acostumbrado a escuchar cosas que no entiende haciendo como si las hubiese entendido, entonces puede impresionársele si con aire de seriedad y haciendo que parezcan verdades profundas, se le espetan los mayores absurdos como si fueran la prueba palpable de lo que se desea defender. Frente a ellos perderá el nido, la vista y el pensamiento. Como se sabe, algunos filósofos han utilizado recientemente esta estratagema ante el público alemán, obteniendo con ello un extraordinario aplauso. Ya que se trata de exempla odiosa [ejemplo odioso] tomaremos para ilustrarlo un fragmento de la obra de Oliver Goldsmith: The vicar of Wakefield [cap. VII].

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Texto tomado de aquí.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Czesław Miłosz - Ballada

Balada

a Jerzy Andrzejewski

En la pampa se yergue un viejo árbol.
Bajo él está sentada la madre en una sombra pequeña.
Descascara un huevo cocido
Y bebe té de una botella.
Ve una ciudad que no existía,
Brillan los muros y los torres en el mediodía,
A las palomas que vuelan en círculos
Mira la madre, que vuelve del cementerio.

- Olvidaron, hijito, los amigos.
Ninguno de ellos te está recordando.
La novia ha dado a luz hijos
Y no pensará en ti durante la noche.
Construyeron en Varsovia monumentos
Y en ninguno aparece tu nombre.
Solo la madre, mientras es, recuerda
Cuán gracioso eras, y qué infantil.

Yace Gajcy cubierto de tierra
Ya por los siglos de veintidós años.
No tiene ojos ni manos ni corazón,
No conoce el verano ni el invierno ni la primavera.
Mientras cada año resuena en los ríos el hielo,
En el bosque oscuro florece la anémona.
Llenan jarrones de cerezos,
Escuchan lo que augura el cuclillo.

Yace Gajcy, nunca se enterará,
Que la batalla varsoviana fue en vano.
La barricada en la que moría
Fue desmontada por manos rajadas.
Corrían los vientos, llevaban polvo rojo.
Cayeron las lluvias y el ruiseñor cantó.
Bajo la nube gritaban los albañiles,
Elevaban hacia el cielo casas nuevas.

- Dicen hijito, que hay que avergonzarse,
Que defendías una causa que no era buena.
Y yo no sé, que sea Dios quien juzgue
Cuando contigo ni puedo conversar.
Tus flores están deshechas en polvo,
Es esta sequía, perdóname, mi único,
Poco es el tiempo y si es que vengo
Desde tan lejos debo cargar el agua.

La madre arregla su pañuelo bajo el árbol.
Da luz el ala de una paloma en el cielo.
Se puso a pensar, se le perdió la mirada.
El espacio tan alto, tan alto.
Mientras un tranvía pequeño va de prisa hacia la ciudad,
Y allí dos jóvenes lo están persiguiendo.
¿Alcanzarán, piensa la madre, o no alcanzarán?
Alcanzaron. Subieron en el paradero.

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Traducción de Alhelí Málaga para Amaré al aire.
Texto original tomado de aquí.

martes, 28 de abril de 2009

Jolanta Brach-Czaina - Świat jako tło

El mundo como fondo
El fondo es la base sobre la que algo puede surgir. No cultivada, desnuda tierra de acontecimientos. No se sabe aun cuales. Entonces en el fondo- como en el ser del humano- acecha la incertidumbre. El fondo es la materia de la que entresale la forma. Pura negatividad, pues no hay nada en el, y cualquier cosa que pudiese aparecer, por la naturaleza misma del fondo, ya no seria parte suya. Es caos, porque en el nada se diferencia, y el mero hecho de la diferenciación construye el acto de separación del fondo. Nuestro ojo, vuelto extraño, resbala sobre la superficie sin encontrar un sitio, motivo, objeto, que merezca apego. El pertenecimiento al fondo es un encarcelamiento en la informidad. Es miseria. De modo semejante el rostro carente de rasgos, o la sonrisa que se desgasto, pertenecen a la gelatina del fondo.

No es pues nada extraño que la esperanza penda sobre aquello que puede surgir del fondo. Aparece una enorme tensión entre la magma vacía -porque el fondo tiene la capacidad pérfida y confundidora de unir el espesor con el vacío- y el concreto que intenta soltarse. Dolorosa espera. Porque si tenemos derecho a esperar algo, seria solo a una particular, aislada individualidad de forma, que logre rebotar, defenderse de la presión de fondo, golpearlo con su diferencia y de ese modo vencerlo, a pesar de la plasma, que se derrama por todos lados, de la uniformidad, el unipensamiento y el general acuerdo.

¿Pero, tenemos razones para grandes esperanzas? ¿Y qué, si las formas que se arrastran desde el fondo del mundo son miserables? Al fin y al cabo, ya conocemos algo de sus formas. Ya sentimos la crueldad en la propia piel y nosotros mismos hemos pagado de ese modo a otros. Y no necesariamente a quienes tuvieron culpa, pues raras veces aquellos a quienes podemos aplastar, son aquellos que nos aplastaron. ¿Y qué, si el valor creado es un mal, y la experiencia vivida sufrimiento? ¿Es mejor esconderse en la pulpa del fondo? ¿Desaparecer en ella?

He aquí la elección ante la que nos encontramos. De un lado el fondo, que, como veíamos, en ciertas circunstancias puede incluso parecer una salvación, pero por la posibilidad de que entresalga de el la forma, es en si siempre un estado negativo. De otro lado esa forma ridícula, que también -aunque por otro motivo, pues como miseria, mal, sufrimiento- es negativa. Fondo sobre fondo, como diente por diente, sufrimiento en sufrimiento. Negatividad superpuesta. Ahora queda ya solo contar con que la potenciación de la negatividad tal vez cambie algo.

El mundo que nos rodea, el modo en que somos en el, y por fin, como somos nosotros, acaso constituyan apenas la base de la posibilidad no surgida. Desconocida. No prevista siquiera. Sin embargo, no hay que hacerse por ello demasiadas promesas, si las formas múltiples veces aparecidas con tanto esfuerzo son tan deprimentes. Tal vez no haya una gran elección: solo la pulpa del fondo o la jeta que entresale de el, torcida por una mueca de crueldad, pero también de sufrimiento.

Es uno de los rostros del infierno. Percibir el mundo como fondo, cuyos acontecimientos no merecen la atención, y si la exigen es solo por su capacidad de producir sufrimiento, amargura, consternación. Es infierno la tensa espera con falta de esperanza, y la inmersión de la propia mano en la creación, aunque sepamos que la creación esta marcada por la monstruosidad.

„¿Por qué existe algo mas bien que la nada?” ¿Por qué existe, si no parece ser digno de la existencia? Pero no es una pregunta que prometa una respuesta clara. Los metafísicos que luchaban con ella, acaso ponían demasiada atención a „algo” y „nada”, cuando la tenebrosa gracia de la cuestión se esconde en ese „mas bien”. El mundo-fondo es „mas bien” algo que nada. El todo el rato aun jadea en la pre explosión, y acaso este a ese estado condenado por todos los tiempos.

Los problemas verdaderamente molestos y que no se pueden alejar no son preguntas por las causas de la existencia o no existencia de algo. Están atadas a la necesidad de arreglárselas con la existencia propia, que merece apenas el nombre de ese „más bien”. Mas bien existimos. No es tan importante, por que. La experiencia de la existencia cae sobre nosotros, sorprende, obliga a soluciones definitivas. El tembloroso ”más bien”, en medio del que nos encontramos como mas bien formados, mas bien sufrientes, mas bien repulsivos. Fondo. Posibilidad. Negatividad. Potencialidad. Dinamismo trágico, que no termina de cumplirse.

Se trata de si vemos algún modo de reconocer el fondo negativo del mundo con nosotros en él, como aquello que se puede entender y apreciar. O si tenemos que apoyarnos eternamente en las esperanzas de la potencialidad, en la posibilidad, escondida en el fondo, de que aparezca una forma, que, al contrario que nuestros experiencias previas, pueda alguna vez satisfacernos. Se trata de si es de algún modo posible alguna toma de posición entre la desesperación y la fe en la existencia.

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Jolanta Brach-Czaina, "Szczeliny istnienia", Państwowy Instytut Wydawniczy, Warszawa 1992

Mar de Copas - Vacío



Vacío 

Cuando la luna sale
cuando el viento vuelve en forma de tu voz
cuando la noche canta
vienes hacia mí

cuando la magia llega
cuando el día deja que se ponga el sol
cuando el destino quiere hacerte vivir

que vengas hasta mí
que encuentre tu mirar
y vuelvas a vivir
mi vida sola

Que es un vacío que solo es cierto
que solo puede llenar con forma de tu cuerpo
y que un respiro se lleva el viento
que solo puede vivir con aire de tu aliento

cuando las hojas caigan
cuando pasen mil veranos por mi sien
cuando vuelva el invierno que nunca olvidé

que vengas hacia mí
y encuentre tu mirar
y vuelvas a llenar mi vida sola

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Letra tomada de aquí.

domingo, 26 de abril de 2009

Powaga ścierek

La seriedad de los trapos
JOLANTA BRACH-CZAINA

Un trapo para piso es un objeto común, domesticado por el continuo uso, muy ordinario. Es gris hasta el fondo. Eso lo une a la cotidianidad. Además, pertenece a ella no solo por su color gris, al que siempre persistentemente tiende, sino también a causa de sus funciones. Elementales como la cotidianidad. El trapo no abandona el orden existencial. Es más, yace en su mismo fondo. No en la superficie. No como un agregado efectista. Sino en la base. Pertenece a los objetos primarios, acompañantes de nuestro esfuerzo existencial que construye la cotidianidad.

Los objetos posicionados en sitios bajos, colindantes con la tierra, tal vez a causa de esa cercanía, sacan de ella la fuerza y le deben su seriedad. Por más que intentemos ningunearlos y despreciarlos, escondiéndolos con vergüenza -como al trapo- detrás del tubo del fregadero, no podemos quitarles el aura tranquila de importancia natural, de insustituibilidad inevitable.

En los trapos para piso no hay coquetería. Existen modestamente, acompañando la cotidianidad. Los movimientos monótonos de los trapos sobre el piso marcan suavemente la repetición de los sucesos. La materia que se va frotando constituye la escritura de la historia huidiza del día a día.

Cumplen también el rol particular de objetos que eliminan las consecuencias de nuestros tropiezos y errores. Los utilizamos para lavar, limpiar, quitar manchas acaecidas por nuestra culpa, descuido, apuro. Nos entregamos a ellos cabalmente, sin preguntar, ¿si realmente se puede deshacer el acontecimiento dado que no estamos en capacidad de aceptar? El trapo crea la sensación de que sí se puede. En la simplicidad de sus funciones simboliza la posibilidad de dejar limpia, al menos, toda la superficie. Incluso si no puede ir hasta más hondo, de todas formas despierta esperanzas. Pero también repulsión, pues limpiando, toma toda la suciedad sobre sí. Se llena de ella, apestoso y asqueroso.

Porque sucede, a veces, que alguien vomita. Y si queremos pensar seriamente en la gravedad de los trapos, es entonces. Entonces nos convencemos de que aquello que purifica, puede también volverse repulsivo y necesitar también de purificación. Nos topamos con procesos que carecen de un final claro. Nos damos cuenta de que no debemos oponer categóricamente los estados de limpieza y suciedad, porque se entremezclan y atraviesan mutuamente como lo negro y lo blanco en el gris de los trapos.

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Jolanta Brach-Czaina, Szczeliny istnienia, Państwowy Instytut Wydawniczy, Warszawa 1992

viernes, 24 de abril de 2009

Te estoy perdiendo - Washington Delgado

Te estoy perdiendo 
en cada voz que escuchas, 
en cada rostro que contemplas,
en cada gesto tuyo, 
en cada lugar
que recibe a tu cuerpo. 

Ser 
como la luz que te envuelve, 
por la que dejas 
un retazo de sombra. 

Ser 
como la noche 
que te obliga 
a un pensamiento, 
a un deseo, a un sueño. 

Ser 
una materia leve, 
una corriente extensa 
que te persiga siempre. 

No ser 
esto que soy 
y que te está perdiendo. 

(De Formas de la ausencia)

lunes, 6 de abril de 2009

Frases I

Recién a una edad muy avanzada Kant pudo notar los lados oscuros de la existencia y dio cuenta del "fracaso de cualquier teodicea racional"... Otros tuvieron más suerte: lo entendieron antes de empezar a filosofar.
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La filosofía hindú tiende a la liberación; la griega, exceptuando a Pirrón, Epicuro y algunos otros difíciles de clasificar, decepciona: busca solo... la verdad.
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No se vive en el país, se vive en el idioma. La patria es eso, no otra cosa.
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El hecho de que la vida no tenga ningún sentido, es el único motivo por el que vale la pena vivirla, el único que queda.
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He conocido a escritores limitados, incluso tontos. En cambio los traductores con que me topé, resultaban ser más inteligentes e interesantes que los autores a los que traducían. Esto sucede porque más reflexión exige la acción de traducir que la de "crear".

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E. Cioran "Wyznania i anatemy", Zielona Sowa, Kraków 2006

Kinga Dunin - Zadyma cz. 2

El primer -acaso- texto que escribí en la vida se refería a Marzo del 68*. Era el año 1978, décimo aniversario de aquellos acontecimientos, y alguna revista clandestina decidió hacer entre las juventudes del KOR* una encuesta sobre nuestra relación con este mes. No recuerdo ya que escribí allí. Estoy, no obstante, segura, de que era un texto generalmente justo. Algo sobre al democracia, la libertad, la valentía; que nosotros de ustedes, comandantes, y ustedes- la sal de la tierra. Que sin marzo no habría KOR ni esperanza para vencer al reptil del comunismo –algún día, en un futuro inimaginablemente lejano... Entonces tenia aun pocos recuerdos -esa edad- solo opiniones justas. Tampoco tenia valentía como para admitir en mi la envidia. En mi ciudad el ambiente de oposición democrática era débil- tres poetas, algunas personas relacionadas alguna vez con el Movimiento de los hermanos Czuma, y de paso algunas leyendas sobre soltar información durante el interrogatorio, un inspirado miembro del KOR, un puñado de estudiantes. Con seguridad no eramos comandantes* y con seguridad no así, como yo los imaginaba. Y, por supuesto, soñaba con un grupo fuerte, una gran acción, una huelga, una demostración –UN ACONTECIMIENTO!

Recibí Marzo en la forma de un petrificado y heroico mito, que servia a la lucha con la comuna-cada movimiento necesita sus héroes y sus leyendas. Pero esos héroes vivían aun-ocupaban los puestos más elevados en el orden picoteador de la oposición, formaban el grupo de referencia. Eran autoridades a su modo, en el que ya no lo eran para nosotros (para mi?) las personas de las generación mayor a ellos. (Tal vez con la excepción de sus maestros, por ejemplo Kolakowski*). A veces oía que luchaban por la “Polonia libre”, y a veces, que se trataba solamente de devolver a las tablas un espectáculo teatral y de recibir de nuevo en la universidad a dos estudiantes. Los compañeros de derecha susurraban: ellos solo querían reformar el socialismo. Y yo en el fondo del corazón sentía que se trataba del acontecimiento, del movimiento, de que al fin suceda algo que sea detonante de acontecimientos siguientes. Su elemento no era la filosofía ni la cuestión nacional. Lo era la política, practicada así, como se la podía practicar entonces. Encontrar un pretexto, mover a la gente- y que por fin pase algo, que algo se revuelva, y tal vez aparezcan condiciones para practicar política de verdad.

Así lo sentía en 1978 pero recién hoy encuentro palabras para expresarlo. Ahora puedo también- esa edad- regresar en la memoria al anho 1968.

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...continuará...
Las dudas que hubiese intentare aclararlas en los comentarios...
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