martes, 27 de octubre de 2015

El libro de María

Cuentos de Auschwitz
WŁADYSŁAW BRONIEWSKI

Leí el libro de María

aullando, llorando.
Así solo escriben los muertos
cuando todavía están vivos.

Yo nunca estuve en Auschwitz
pero me lo sé de memoria.
María... ¿Cuál era su nombre?
Ventisca...

Iba contra el viento, la lluvia, la nieve,
descalza,
a la izquierda un SS-man, a la derecha un espía,
no tenía cigarrillos, 

no tenía nada, nada tenía,
pobre,
y me llamaba, y seguía llamándome,
y estaba siempre sola.

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Texto tomado de aquí.
Traducción de Alhelí Málaga

sábado, 10 de octubre de 2015

si de amor hay que matar... pues de morir primero



Ni para rogar un beso
MANOLO BARRIOS

[...]

Desde el día en que vio el fin ya todos le llevan flores
no era bueno por matar y sí por morir de amores,
y cayendo se quejó,
y mientras le descargaba diez balas pidió un favor
y casi no dijo nada: "Vete en busca de mi amor...
...Tocándole el corazón dile que yo si la quiero..."
"Si de amor hay que matar pues he de morir primero,
por fracasos no estoy yo ni para rogar un beso
por fracasos no voy yo ni para rogar un beso..."

[...]

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Texto tomado de aquí.

jueves, 16 de abril de 2015

Atenas y Jerusalén

TERTULIANO

Todo esto son doctrinas humanas y demoníacas, nacidas de la especulación de la sabiduría mundana, para agradar a los oídos. Pero el Señor las llamó necedad, y eligió lo necio según el mundo para confundir a la misma filosofía. Porque la filosofía es el objeto de la sabiduría mundana, intérprete temeraria del ser y de los designios de Dios. Todas las herejías en último término tienen su origen en la filosofía. De ella proceden los eones y no sé qué formas infinitas y la tríada humana de Valentín; es que había sido platónico. De ella viene el Dios de Marción, cuya superioridad está en que está inactivo; es que procedía del estoicismo. Hay quien dice que el alma es mortal, y ésta es doctrina de Epicuro. En cuanto a los que niegan la resurrección de la carne, se apoyan en la enseñanza de todos los filósofos sin excepción. Los que equiparan a Dios con la materia siguen las enseñanzas de Zenón. Los que pretenden un Dios ígneo aducen a Heráclito. Las mismas cuestiones tratan los filósofos y los herejes, y sus disquisiciones andan entremezcladas: ¿de dónde viene el mal?; ¿cuál es su causa?; ¿de dónde y cómo ha surgido el hombre? Y también lo que hace poco propuso Valentín: ¿de dónde viene Dios? Está claro de la Entimesis y del Ectroma. Es el miserable Aristóteles el que les ha instruido en la dialéctica, que es el arte de construir y destruir, de convicciones mudables, de conjeturas firmes, de argumentos duros, artífice de disputas, enojosa hasta a sí misma, siempre dispuesta a reexaminarlo todo, porque jamás admite que algo esté suficientemente examinado. De ella nacen las fábulas y las genealogías interminables. las disputas estériles, las palabras que se insinúan como un escorpión... Quédese para Atenas esta sabiduría humana manipuladora y adulteradora de la verdad, por donde anda la múltiple diversidad de sectas contradictorias entre sí con sus diversas herejías. Pero, ¿qué tiene que ver Atenas con Jerusalén? ¿Qué relación hay entre la Academia y la Iglesia? ¿Qué tienen que ver los herejes y los cristianos? Nuestra escuela es la del pórtico de Salomón, que enseñó que había que buscar al Señor con simplicidad de corazón. Allá ellos los que han salido con un cristianismo estoico, platónico o dialéctico. No tenemos necesidad de curiosear, una vez que vino Jesucristo, ni hemos de investigar después del Evangelio. Creemos, y no deseamos nada más allá de la fe: porque lo primero que creemos es que no hay nada que debamos creer más allá del objeto de la fe...
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En: De Praescriptione
Texto encontrado aquí.