martes, 31 de diciembre de 2019

un poema de Javier Bello

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no es traducible el hueso, lo que viene después del hueso, paloma sometida dentro del cadáver. la mano donde cabe la mano que hizo todo el fuego, la imagen cuando cae en la sombra adivina la crueldad de los restos, pianos elementales contra el objeto norte, contra el fragmento alzado. los dedos muertos crecen en el bosque, el árbol acaba de parir piedra a la espalda, té de espinas en la cabeza del pastor, pozo allegado al misterio. no puedo traducir el señuelo, el hocico de los largos inviernos, esta lluvia que acorta las distancias, moja el hospicio de los muertos. un rostro no es traducible, el horizonte no es traducible, tu rostro verónica en las manos no dice nada al humo en el camino, no habla entre los sexos espontáneos. hay un suicidio, hay algo entre las piernas. una boca en el agua me sonríe, un alto filamento abre las puertas, pero muestra los dientes y se cierra

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BELLO, Javier (2016) No es traducible el hueso. Muestra poética. Lima, Perú: Editorial Toé, p. 34

lunes, 30 de diciembre de 2019

La partida

La partida
MARIANO LINO URQUIETA

Ya me voy a una tierra lejana,
A un país donde nadie me espere,
Donde nadie sepa que yo muera,
Donde nadie por mí llorará.

Ay, qué lejos me lleva el destino,
Como hoja que el viento arrebata.
Ay de mí, tú no sabes, ingrata,
Lo que sufre este fiel corazón.

Bajaré silencioso a la tumba
A embargar mi perdido sosiego...
De rodillas, mi bien, te lo ruego
Que a lo menos te acuerdes de mí.

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Texto encontrado aquí. Y aquí, la interpretación de Los Dávalos:


lunes, 16 de diciembre de 2019

cielo



Estancias (9)
JAVIER SOLOGUREN

Árbol, altar de ramas,
de pájaros, de hojas,
de sombra rumorosa;
en tu ofrenda callada,
en tu sereno anhelo,
hay soledad poblada
de luz de tierra y cielo.

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Texto encontrado aquí.

lunes, 9 de diciembre de 2019

palabras







































Un poema de Odysséas Elýtis

Hacia un país lejano y sin pecado ahora marcho.
Ahora me acompañan ligeras criaturas
con auroras en el cabello boreales
y suave doradura en la epidermis.
Por las hierbas avanzo, con la rodilla como proa
y mi aliento expulsa de la faz de la tierra
los ovillos últimos del sueño.
Y los árboles marchan a mi lado, en contra de los vientos.
Grandes misterios veo y extraños :
Fuente, escondite de Elena.
Tridente con delfín, la señal de la Cruz.
Puerta blanca, la impía alambrada.
Por donde he de pasar glorioso.
Las palabras que me traicionaron, con bofetadas
se hacen mirtos y palmas
que repican ¡Hosanna el que viene!
Como placer de frutas veo la privación.
Sesgados olivares con un poco de azul entre los dedos
los años de la ira detrás de los barrotes.
Y playa ilímite, empapada en sortilegios de ojos bellos,
el fondo de la Marina.
Por donde puro marcharé.
Las lágrimas que me traicionaron, con humillaciones
se hacen brisas y pájaros sin tarde
que repican ¡Hosanna el que viene!
Hacia un país lejano y sin pecado ahora marcho.



De «Dignum est» – 1959
Traducción de Jorge Páramo Pomareda
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Texto encontrado aquí.