Habla, madonna
KONSTANTY ILDEFONS GAŁCZYŃSKI
Que sean otro los que escriban libros. Incluso
que les suene la fama como torre de cien campanas,
yo no sé escribir libros, y no me importa la fama -
habla, madonna.
Si no es para mí la calma de libros que brillan en lo alto
y la primavera tampoco para mí, el sol y el verdor aromático
solo la noche, la noche de lluvia y viento, y el alcohol -
habla, madonna.
Hubo otro antes de mí. Vendrán otros luego,
pues la vida es persistente en el tiempo y la muerte no da fruto.
Todo como el sueño que un loco ha soñado distraído-
habla, madonna.
Eres tú, adornada de doradas caléndulas,
flores de mi infancia, tú callada y olorosa-
que el rocío lavará la suciedad de mis manos, te trenzo coronas-
habla, madonna.
No desprecies la corona de un poeta, golfo y granuja;
me conocen redactores, me conoce la policía equina,
y tú eres mi madre, amante y musa-
habla, madonna.
1929
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"Pieśni i inne wiersze" Krajowa Agencja Wydawnicza, Rzeszów 1993
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