martes, 26 de abril de 2011

Pod jedną gwiazką

Bajo una pequeña estrella
WISŁAWA SZYMBORSKA

Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño a las cinco de la mañana.
Perdóname, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos, cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas y que me esfuerce
después para que parezcan ligeras.

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Traducción tomada de aquí, sin mencionar al traductor.

miércoles, 20 de abril de 2011

Kinga Dunin, Zadyma - cz. 9 i ostatnia

Aunque entré al feminismo por la portezuela con el letrero „democracia liberal”, encontré aquí mucho mas de lo que esperaba. Ante todo, comprendí que ser mujer acarrea consecuencias mucho mas graves de lo que me parecía cuando tenia veinte años. Eso no significa que considere la diferencia de genero como la fundamental: al contrario, me hice mas sensible también a otras diferencias. Al fin y al cabo todo esto se dio al mismo tiempo que el cambio de sistema y la construcción del capitalismo. Se acabaron los tiempos en que se podía creer ingenuamente que el fin del comunismo traería un inmediato bienestar para todos. Pero fueron estos dos factores- la experiencia de la transformación y el feminismo- los que hicieron que el problema de las diferencias sociales, de la exclusión, de las desigualdades económicas volviese a revivir en mi cabeza. Se volvió tan real como el alguna vez básico conflicto entre las tendencias libertarias y el comunismo. Y en ese momento me separe (mentalmente) de mis compañeros de la oposición, de los que gran parte se hundió en los archivos y en exhibir su cualidad de antiguos luchadores. E incluso si no se hundieron, de todas formas se quedaron en tiempos en que aun no existía el termino „globalización”. Los antiguos comandantes*, que seguían aprovechando las acciones de Agora*, se petrificaron en un discurso que en algún momento tal vez fuera revolucionario, pero que hoy es conservador.

De modo semejante a las Manifas* feministas, las Paradas de la Igualdad Gay- por primera vez participe en este evento en el año 2003- son mas que un modo de reclamar la tolerancia y derechos en si. Son también un espectáculo. Véannos. Chóquense con el hecho de que existimos y de que somos distintos. Sin embargo, para mi esas ya no eran luchas. Voy a ellas como un ciudadano civilizado a una manifestación. Así, simplemente. Lo entendí, cuando después de la ultima Parada de Igualdad converse con mi ex hijastra. “Cuando iba entre la multitud, me di cuenta de cuantos somos- contaba ella- sentí que algo nos unía, y eso me conmovió tanto que me puse a llorar”. La escuchaba con envidia, pues recordaba esa sensación- incluso de las misas por la patria*- pero deje ya de experimentarla. Envejecí. Tampoco necesitaba de los eventos y luchas de lesbianas y gays para entender y hacerme consciente de algo. Eso sucedió antes.

Cuando iba al colegio, en los libritos concienciadores, la homosexualidad aparecía en la sección “desviaciones”. Pero eso no me llamaba la atención. Otras desviaciones sexuales eran decididamente mas excitantes. Que mas puedo decir? Hasta ahora no puedo explicarme mi propia falta de reflexión. La homosexualidad existía y al mismo tiempo no existía. Mientras crecía, me sucedía esto y aquello con amigas. Uno de mis primeros enamorados me confeso que, antes de mi, estuvo enamorado de un compañero del salón. Otro pata contaba a su vez como al no poder arreglárselas con ciertas cosas, fue al sexólogo. Este lo miro hondo a los ojos y lo invito a pasar un fin de semana en Mazury. Conocía a hombres muy solitarios, sobre los que sabia que eran homosexuales, así como hombres casados, sobre cuya preferencia por los muchachos se chismeaba abiertamente. Ello no tenia para mi ningún sabor a escándalo- nosotros, los hijos de Woodstock y del KOR, eramos bastante liberales, pero de un modo totalmente irreflexivo. Y tal vez por ello todas esas experiencias e informaciones aparecían por un momento y de inmediato desaparecían. No conducían a ningún cambio en el pensar. No provocaban ninguna pregunta. Los libritos sobre desviaciones lo suyo, y la vida lo suyo. Todo eso sucedía por allí escondido, bajo la piel de la llamada normalidad. Recién hoy se que la emancipación consiste justamente en mostrar lo no mostrado, pero yo crecí en tiempos pre-emancipatorios. Y me desperté recién a fines de los ochenta como una señora de mediana edad.

Conocí a Julio. Julio era un indígena quechua del Perú. Llego a Polonia hace mas de diez años, a estudiar en un país socialista como premio por el comunismo del padre. Aquí se hizo parte de la oposición, de aquella que era mas de derecha. El 13 de diciembre* estaba en el astillero*. Arrestado junto a los demás, fue deportado y se instalo en París. Cuando, aun antes del 89, se dio cierta liberalización, se le permitió venir aquí de nuevo. Y entonces lo conocí, quizás en el departamento de una de las ministras del gobierno actual. Julio era distinto, pero no era un delicado señor con fularel. Era maravilloso, colorido, y no tenia absolutamente ningún problema con ser homosexual abiertamente. Fue el primer gay al que conocí. Y- lamentablemente- tenia el VIH. Hoy esta muerto. Nos gustaba discutir sobre quien es mejor escritor: Parnicki o Vargas Llosa. Yo, por supuesto, estaba del lado de Vargas Llosa. Hablamos poco sobre su orientación, mas sobre el racismo dominante en Francia. Y mucho sobre el sida. Mi hijo era aun pequeño, y el gato podía rascar hasta hacer sangrar. Había momentos en que tuve miedo, ademas de que realmente sabíamos muy poco sobre el VIH. Pero Julio era muy responsable, y yo pronto me iguale en las lecciones atrasadas. Me di cuenta que vivo en un país sin gays, y lo considere una perdida importante. (Aunque era justamente el momento del nacimiento del movimiento gay en Polonia, sin embargo públicamente aun había silencio al respecto). Y recién entonces apareció en mi cabeza el convencimiento claro y distinto de que la homosexualidad no es un problema moral. No es algo bueno o malo, simplemente es. Y- de modo semejante a la feminidad- tiene consecuencias mucho mas hondas, no se reduce solamente a con quien se duerme. Por eso también fui hincha del movimiento homosexual desde que apareció en la superficie de la vida publica. Y ya no necesitaba para ello participar en ninguna manifestación.

Sin embargo, aun considero que las manifestaciones, luchas y marchas son indispensables. Una marcha siempre es riesgosa para los que toman parte de ella. Es riesgo de ridiculización, de marginalización, de ser considerado un loco. No siempre puede uno esconderse en una multitud de miles. Durante al menos un momento hay que supeditarse a lemas sencillos, a veces demasiado sencillos. Pero es una escuela no solo de lucha, sino también de pensamiento. Y de sentir. Y la única ocasión, para, por al menos un momento encontrarse afuera del sistema y verlo desde allí.

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la parte anterior
¡Es todo! ¡Aquí acaba! Con bendición lejana de la autora- aquí esta.

sábado, 16 de abril de 2011

historias del cuerpo II

Amo también tu cuerpo
DANY CRUZ

Amo también tu cuerpo
lleno de sombras como de rastros de vejámenes
infringidos más allá de la noche.
A veces es catafalco disponible
para sembrar flores negras y negarlas al llegar el alba;
otras un pequeño rincón donde me acuño y lacto,
hambriento.

Más allá de tu cuerpo, las nubes cubren el cielo
y evitan que seamos vistos a millones de leguas
como sucede cuando te amo
y no puedo sino hacerme el dormido
y definitivamente tuyo
tu cuerpo es la tempestad de encontrarme cerca mío
sin poder hallarme
ser uno en equilibrio con el fuego
las estaciones depravadas ante tu mirada de ojos llenos
ante tu mirada que asesina mis poemas
tu mirada fresca de puta satisfecha.

Amo tu cuerpo por lo que es cuando logro palparlo
y temo que su brillo sea un efímero pasatiempo que desquicia dioses
o se vuelva el humo que me arroja negro bajo vórtices de estrellas negras
incapaces de obstruir el brillo de tu cuerpo
cuando ya estoy cerca.
San Miguel de Piura, 21 de marzo de 2004
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Texto tomado de aquí.

lunes, 11 de abril de 2011

Adiós a la sangre



Adiós a la sangre
RAFAEL ALBERTI

Yo me decía adiós llorando en los andenes.
Sujetadme,
SUJETAD A MI SANGRE,
paredes,
MUROS que la veláis y que la separáis de otras
SANGRES que duermen.
¿Yo me decía adiós porque iba hacia la MUERTE?

Ahora,
cuando yo diga ahora,
haced que el FUEGO Y LOS ASTROS que iban
a caer se HIELEN.
Que yo no diga nunca esa palabra en los trenes.

Porque,
escuchad:
¿es vuestra SANGRE la que grita al hundirse
en el agua con los puentes?

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de: Sermones y moradas
Texto tomado de aquí.