miércoles, 26 de enero de 2011

viernes, 21 de enero de 2011

nombre

Cómo llamar a un gato
T.S. ELLIOT

Ponerle nombre a un gato es harto complicado,
desde luego no es un juego para los muy simplones.
Pueden pensar ustedes que estoy algo chiflado
cuando digo que al menos ha de tener tres nombres.
Lo primero es el nombre que le damos a diario;
como Pedro, Alonso, Augusto o Don Bigote;
Como Víctor o Jorge o el simpático Paco.
Todos ellos son nombres bastante razonables.
Los hay más bonitos y que suenan mejor
para las damas y los caballeros,
como Admetus, Electra, Démeter, o Platón,
pero todos son nombres demasiado discretos.
Y un gato ha de tener uno más especial,
que sea peculiar, algo más digno.
¿Cómo, si no, va a alzar su rabo vertical
o atusar sus bigotes y mantenerse altivo?
De nombres de este tipo os puedo dar un quórum
como son Mankostrop, Quoricopat o Qaxo,
también Bamboliurina o, si no, Yellylorum,
son nombres que jamás compartirán dos gatos.
Pero a pesar de todo, nos queda un nombre más,
y ése es el que tú nunca podrás adivinar,
el nombre que los hombres jamás encontrarán.
Que SÓLO EL GATO LO SABE y no confesará.
Si un gato ves en meditación,
el motivo nunca te asombre.
Su mente está en contemplación
de la Idea Una de su nombre.
Su inefable, efable,
efainefable,
único, oscuro, inescrutable Nombre.

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T.S. Eliot, “The Naming of Cats” (traducción de R. Ortiz, en: El libro de los gatos habilidosos del Viejo Possum, Valencia: Pre-Textos, 2001; original 1939).
Texto tomado de aquí.
Leído por vez primera en la versión polaca de Stanisław Barańczak.



sábado, 15 de enero de 2011

traiciones

[de La montaña mágica de Thomas Mann]

Settembrini lo escuchaba con cuidado, manteniendo cruzadas las piernas y también los brazos, mientras con fineza sobaba con un mondadientes su bigote arqueado hacia arriba.

Es digno de atención- dijo- que el hombre no pueda formular cualesquiera opinión de naturaleza más general sin traicionarse completamente, sin poner en esa expresión (aunque no lo quiera) todo su ser, sin expresar de algún modo, indirectamente, el tema principal y la cuestión fundamental de su vida. Es lo que le ha pasado ahora a usted, ingeniero. Lo que acaba de decir salió realmente del fondo mismo de su personalidad, e incluso expuso poéticamente a la luz el estado actual de esa personalidad, revelando que se encuentra aún en un estado de experimento.

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Traducción de Malhelí a partir de una traducción - se agradecen referencias de otras traducciones al español.

Leído por vez primera en (y traducido de) la versión polaca de Jan Łukowski: T. Mann, Czarodziejska góra, PIW, Warszawa 1961