domingo, 30 de julio de 2023

[Mientras oscurece el oro rojo]

Constelación
GABRIEL ESPINOZA SUÁREZ

I

Abre los ojos

Río arriba flota una sonrisa
Y en el aire los peces
Sigilosos descuelgan la boca del anzuelo

Oh niño
Abre los ojos

El universo desciende en cascada
Como una raza de moscas

Bebamos el suero lento de esta tarde
Mientras oscurece el oro rojo
Y los cuerpos interrogan el paisaje
Como una ciencia

Tibio es el aire y grande la nostalgia

II

He vuelto a rezar con los ojos abiertos
He visto a un niño
Manchado de luz
Amarrando el sol a su estaca

Me dijo:
Desordena tu rebaño
Déjalo rumiar las ondulaciones del pasto

III

Creo en dios
Creo en el sol
Creo en la sombra
Creo en la nariz
Creo en mi lengua
Creo en la desaparición de la boca

Un racimo semejante
Bermellón
Preserva las moscas

IV

De la boca sale un río que adelgaza la boca:
El aire es
La infancia
La oscura voz
Respira el oído
La sed con nuevos brotes la boca
Mirando al cielo del paladar
Oh árboles
El horizonte es más dulce que un secreto en los labios
Oh
Mezcla ondulante
Lengua con brillo de cacto
Abre y cierra las constelaciones
Acaricia la fruta carnosa táctil
Racimo de sangre, pliegues morenos
Semillas amargas no pensé que germinaran

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Texto encontrado en el blog de Pedro Granados.




sábado, 15 de julio de 2023

[como solía recordar]

Amor terrenal
LOUISE GLÜCK
Traducción de Mariano Peyrou

Las convenciones del tiempo
los mantuvieron unidos.
Fue una época
(muy larga) en que
al corazón, que antes se entregaba libremente,
se le exigió, como formalidad,
que renunciara a la libertad: una consagración
conmovedora y condenada al fracaso.

En cuanto a nosotros,
por suerte nos apartamos
de esas exigencias,
como solía recordar
cuando mi vida se hizo añicos.
Así que lo que tuvimos tanto tiempo
fue, más o menos,
algo voluntario, vivo.
No fue hasta mucho después
que empecé a pensar de otro modo.

Todos somos humanos:
nos protegemos
lo mejor que podemos,
incluso llegamos a rechazar
la claridad, a engañarnos
a nosotros mismos. Como en
la consagración de que hablaba.

Y sin embargo, en este engaño
hubo verdadera felicidad.
Así que creo que repetiría
esos errores del mismo modo.
Tampoco me parece que sea
crucial saber
si esa felicidad
se basa en una ilusión:
es real, a su manera.
Y en cualquier caso, acabará