domingo, 30 de abril de 2017

¿ojear u hojear?

ojear
De ojo.

  1. tr. Mirar a alguna parte.
  2. tr. aojar (‖ hacer mal de ojo).
  3. tr. Lanzar ojeadas a algo.
  4. tr. Mirar superficialmente un texto.

hojear
  1. tr. Mover o pasar ligeramente las hojas de un libro o de un cuaderno.
  2. tr. Pasar las hojas de un libro, leyendo deprisa algunos pasajes.
  3. intr. Dicho de un metal: Tener hoja.
  4. intr. Dicho de las hojas de un árbol: Moverse o menearse.

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www.rae.es

domingo, 23 de abril de 2017

Wiersz

Poema

Los poemas deben como el profeta Elías
entrar a las casas de los pobres hermanos.
Aún espero poemas que se vuelvan poetas,
y aún espero a poetas que se vuelvan poemas.

Estoy a la espera del milagro inesperado:
que los poetas se conviertan en aquello que escriben,
que los poemas se conviertan en imagen y sangre
y anden entre la gente, para convertirse en poetas.



¡Nuevo respiro para los viejos corazones!
¡Galvanizar a las frías ranas!
¡Hacer que florezca una seca rama!
...En todos los mundos revelar el sabbat.

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Aron Cajtlin, Lider fun Khurbn un Lider fun Gloybn, I, 1967.
Traducción al polaco: Bella Szwarcman-Czarnota
Traducción del polaco al español: Alhelí Málaga
Texto tomado de aquí.

domingo, 16 de abril de 2017

EXULTET

Pregón Pascual
Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso
que las trompetas anuncien la salvación.
Goce también la tierra,
inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno,
se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.
Alégrese también nuestra madre la Iglesia,
revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.
En verdad es justo y necesario
aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón
a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre
la deuda de Adán
y, derramando su sangre,
canceló el recibo del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua,
en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Ésta es la noche
en que sacaste de Egipto
a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Ésta es la noche
en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.
Ésta es la noche
en que, por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos.
Ésta es la noche
en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido
si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán,
que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!
¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento
en que Cristo resucitó de entre los muertos.
Ésta es la noche
de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día,
la noche iluminada por mí gozo.»
Y así, esta noche santa
ahuyenta los pecados,
lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos,
la alegría a los tristes,
expulsa el odio,
trae la concordia,
doblega a los poderosos.
En esta noche de gracia,
acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece
por medio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio,
hecho con cera de abejas.
Sabemos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz,
no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.
¡Que noche tan dichosa
en que se une el cielo con la tierra,
lo humano y lo divino!
Te rogamos, Señor, que este cirio,
consagrado a tu nombre,
arda sin apagarse
para destruir la oscuridad de esta noche,
y, como ofrenda agradable,
se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado,
que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso
por los siglos de los siglos.
Amén.
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Texto tomado de aquí

lunes, 3 de abril de 2017

Recetas inusuales I

CORAZA NORTEAMERICANA DE CARBOHIDRATOS PARA EL CORAZÓN


  • UN PROBLEMA (UNA SEPARACIÓN, UN CORAZÓN ROTO, UNA ENFERMEDAD)
  • UN PLATILLO PREFERIDO CON UN GRAN CONTENIDO DE GRASAS Y CARBOHIDRATOS (DE LA COCINA POLACA SE PRESTAN MUY BIEN LOS RAVIOLES PEREZOSOS, EL FIDEO CON AZÚCAR O EL ARROZ CON MANZANA)
  • PAÑUELITOS USADOS (PARA LA PRESENTACIÓN)

Primero debemos desarrollar en nosotros el sufrimiento. Si no tenemos un problema propio, podemos utilizar el problema de algún amigo o simplemente pensar en nuestra soledad en la gran ciudad y similares.

Se debe esperar hasta que el dolor de la existencia y el temor se desarrollan hasta niveles difíciles de aguantar.

Entonces podemos empezar a comer, concienzudamente, aunque de forma rápida y sin cuidado.

No es necesario ni siquiera masticar, es conveniente también ver al mismo tiempo en la televisión algún programa bullicioso y con abundantes escenas del crimen.

El dolor y cualquier síntoma del pensar deben desaparecer después de diez minutos, pero no desistamos y no dejemos de comer. Obligatoriamente debe tratarse de cantidades superiores a las necesarias.

¡Atención! ¡Para obtener una relación verdaderamente obsesiva con la comida, la coraza debe ser colocada con la mayor frecuencia posible!

Para mayor variedad, se puede introducir notas italianas, japonesas y mexicanas.

¡Provecho!

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Receta encontrada en: MASLOWSKA, Dorota. (2016). "Más de lo que puedas comer. Artículos paraculinarios", Varsovia, Polonia: Editorial Noir Sur Blanc, p. 65