Difícil soneto
WASHINGTON DELGADODe mis años de infancia llueven pétalos
que el viento y los insectos pisotean,
plumas, estambres, élitros y pinzas,
desde mi infancia abandonados,
vuelven de pronto y pronto son barridos.
El tiempo desmenuza mis corbatas,
avienta mis papeles, se fuma
mis cigarros y sin cesar se pierde
tras de la esquina.
Día que apenas vivo y se hace noche
y se sumerge en una marejada de almanaques,
sus huellas son de viento y no me sirven.
Vivo para mañana y eso es todo.
Y eso no es nada. Y sin embargo es
la única luz que alumbra este soneto.
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