sábado, 20 de abril de 2024

[a propósito]

Epidemia
FILIPA LEAL

De pequeña, le decían
-¡Mira las mariposas!
y ella se sentía culpable
porque no había reparado en eso
sin que se lo dijeran.

Pero cuando miraba para el cielo
a propósito, buscando
un improbable batir de alas
(o la sombra suspensa)
ni un ave sin forma.

¡Tengo que estar atenta!
pensaba, con los ojos llenos de propósitos
muy abiertos. Y nada:
ni un temblor.

Ahora, se encerraba en su cuarto
con el miedo a una palabra
extraña. Curiosamente,
le decían lo mismo
-¡Mira las mariposas!
pero ahora como si le dijeran:
ten cuidado.

Versión de Luis González Platón
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Texto encontrado aquí.

Fot. Daniel Mordzinski


lunes, 8 de abril de 2024

[Protégemelo mi boca del veneno]

Tengo miedo
JORGE ALEJANDRO CCOYLLURPUMA

Bb:
Enciérrame un ratito dentro tuyo.
Ábremelo la puerta de tu pecho chiquito aunque
sea para que pueda entrarse mi cabecita
y mi corazón de plomo.
Libérame, por favor, del dolor de mis tendones
del monstruo que habita en mí.
Protégemelo mi boca del veneno.
Hoy que me levanté a cacar por la mañana vi caballos
de oro incendiándose sobre el cielo mientras
dormías.
Y no sé por qué, bb, tuve miedo de que se me
rompan los dedos de la mano, de que se me hagan
polvo las rodillas y de que no pueda ayudarte de
viejito a caminar
Ese ratito nomás despertaste y una playa y el mar
tibio se proyectaron de tus ojos y en la pared
vimos un video de k-pop.
A ti el k-pop no te gusta, pero me amas así que
bailamos y fuimos perritos que disfrutan persiguiendo
las olas de aquel mar.
Quisiera ser tu cuna, bb.
Y también quisiera que, de verdacito nomás,
abras las compuertas de tu pecho para meterme
en ti
y olvidarme de todo
y solo concentrarme en tus entrañas
mientras me proteges con la luminosa envoltura
de tu cuerpo.

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En: Paraíso tropical andino, Ed. Pesopluma, 2023, pp. 42-43





sábado, 30 de marzo de 2024

{de la pared de este lado}

[al fondo en el cuarto]
MARÍA SALGADO

al fondo en el cuarto de los hombres condensa un sudor tan duro que me
punza la garganta como al oír tus ojos bandidos robaron lo que me
vibra es la piel Desconocido amenazante llega hasta aquí directo si bien no
sé si sea posible acordarse de un olor literalmente La espera de respuesta La de
una estación de tren un tiempo de medida tampoco verosímil tan poco
registrable Dorado: sinestesia De la pared del otro lado el murmullo de los
padres y los tíos conspira contra los hijos que fingen dormir Cuando descifras el
secreto cuando recibes la respuesta cuando esa persona se aproxima y con ella
te desnudas la presencia cobra forma para en seguida ir hacia un lugar
inextraíble hasta que en otro cuerpo en otro cuarto de pronto de nuevo
brevemente se extrae De la pared de este lado esta noche hemos bailado
y nos hemos en el suelo acostado y han pasado diez años y al abrir la
puerta del fondo descubro dos literas deshechas por tres torsos
que ebrios y desnudos ya no están

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Texto encontrado aquí.



viernes, 22 de marzo de 2024

[subrayemos lo perdido]

Controle su peso
ANTONIO CHUMBILE

Mi padre
fue y cargó
7999 toneladas de piedra, ladrillo y fuego:
7996 casas ajenas,
2 malas hierbas,
media vida
y contando…

Mi padre alzó 7900 toneladas de esta ciudad
junto a decenas más de miedo, frío, cemento y varios “luego”.
Su voz fue el primer muerto.
Mi padre, a la fuerza, se equivocaba de sueños.
Mi madre no tenía sueños equivocados;
simplemente lo soñaba todo,
pero ése ya es otro universo.

Estos versos, como el resto, son restos
de memoria hecha cuerpo
cuerpo cuerdo bajo toneladas de vacíos que bailan bajo toneladas de realidad.
Quién sabe si más arriba no hay toneladas de algo más universal?
Una chacra, por ejemplo.

Pero esta sorda poesía no me responde:
¿Pasará el tiempo igual de sádico
sobre los seres que son y cargan 5 toneladas ajenas de realidad
para llevar algunos gramos de vida a casa?
¿Cuál casa? Su balanza muda, tuerta
se tambalea por 500 sueños.
Este universo, todavía,
es un niño
ciego.

Mi padre
cargó a mamá de joven,
a sus hijos por la tarde,
la amante los sábados (?)
y su cadáver los domingos.
Papá quería cargar los 5 y 7 años de sus hijos
pero le echaron encima los 500 kilos de pared del ingeniero.

Papá cargó y ha sido
9,999 mil 999 toneladas de iones en la materia en el recuerdo.
Ahora este poema se estira para pesar alguito más,
para no volcarse en bolsa vacía,
de esas que mamá colecciona por si las moscas,
la bolsa de las bolsas.

Pero, vamos, subrayemos lo perdido:
restemos a las 2400 veces que papá deseó un abrazo,
las dos veces que lo recibió:
una de niño, otra de borracho.
Agreguemos esas 6 millones de horas extras
sosteniendo el imperio para que no cayera sobre sus hijos
o no se hunda, al menos, sobre sus dedos.
Agreguemos salud y perlaschayay.

Pongamos encima, ya hecho,
las 3 veces que tuvo un hijo,
las mil veces que los amó
y las mil veces que no lo dijo,
porque también llevaba toneladas de palabras atoradas en la garganta,
palabras que no eran suyas porque las suyas estaban más al fondo,
en la boca del estómago,
sin poder y sin poder salir
por culpa de la ley,
    culpa de los hijos que no dieron el tiempo,
de la mujer que no le dio el espacio,
del mundo que no dio los días,
del universo que no se dio un par vueltas por la realidad.
¿Cuál realidad?

Sorda Poesía, cállate y dime: el ingeniero vive? lleva toneladas de insomnio
y culpa? O el dinero es más rápido que dios?

Papá: tranquilo.
Ya todo va a caer
y para nosotros será más rápido:
cada tonelada es menos tiempo, menos sed.
Pasaremos por la realidad como una aguja.
No te preocupes: vayamos arriba o abajo
el peso y el exceso de materia alzada,
eso que nos debe el universo,
lo recibiremos en alma
por existir
por existir tanto
por resistir… 
¿no?

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Texto encontrado aquí.







sábado, 16 de marzo de 2024

[una flor]

A veces
NICOLÁS GUILLÉN

A veces tengo ganas de ser cursi
para decir: La amo a usted con locura.
A veces tengo ganas de ser tonto
para gritar: ¡La quiero tanto!

A veces tengo ganas de ser niño
para llorar acurrucado en su seno.

A veces tengo ganas de estar muerto
para sentir,
bajo la tierra húmeda de mis jugos,
que me crece una flor
rompiéndome el pecho,
una flor, y decir:
Esta flor, para usted.


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Texto encontrado aquí.




viernes, 8 de marzo de 2024

[un decidido corte y un color definido]

Dos modos
CIRCE MAIA

– I –

Nos llaman. Llaman de todos lados
voces, tareas.
Desde los patios, calles, ventanas
se alzan las voces
agitadas, dispersas.

Tela, tela del día.
Antes eras un lienzo de color indeciso.
(Decíamos: qué haremos
qué haremos de esta noche
esta luz, este tiempo?)

Ahora tienes siempre
un decidido corte y un color definido
Eres como un vestido
para usarte y gastarte.

Tela, tela del día,
luz hilvanada en fuertes
trabajosas puntadas
cuando por fin de noche
se sueltan tus costuras
flotas ante los ojos
-ya por dentro del sueño-
flotas, te sueltas, caes.

– II –

Y sin embargo pueden
los pilares del día
armarse, sostenerse
como un solo dibujo
de entrecruzadas líneas.

Pueden haber mañanas
de blanca luz sin prisa
en que los ruidos claros
del agua y de la loza
bajan hacia el callado
centro del mediodía.

Movimiento de pasos
una pregunta, un gesto
se envuelven, sostenidos
por hilos de luz viva.


Del libro Presencia diaria, 1964
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Poema encontrado aquí.



sábado, 2 de marzo de 2024

[ya ni te atreves a comerte un durazno]

Conversación con Simone Weil
BLANCA VARELA

—los niños, el océano, la vida silvestre, Bach.
—el hombre es un extraño animal.

En la mayor parte del mundo
la mitad de los niños se van a la cama
    hambrientos.

¿Renuncia el ángel a sus plumas, al iris,
a la gravedad y la gracia?

¿Se acabo para nosotros la esperanza de
    ser mejores ahora?

La vida es de otros.
Ilusiones y yerros.
La palabra fatigada.
Ya ni te atreves a comerte un durazno.

Para algo cerré la puerta,
di la espalda
y entre la rabia y el sueño olvidé muchas
    cosas.

La mitad de los niños se van a la cama
    hambrientos.

—los niños, el océano, la vida silvestre, Bach.
—el hombre es un extraño animal.

Los sabios, en quienes depositamos nuestra
    confianza,
nos traicionan.

—los niños se van a la cama hambrientos.
—los viejos se van a la muerte hambrientos.

El verbo no alimenta. Las cifras no sacian.

Me acuerdo. ¿Me acuerdo?
Me acuerdo mal, reconozco a tientas. Me equivoco.
Viene una niña de lejos. Doy la espalda.
Me olvido de la razón y el tiempo.

Y todo debe ser mentira
porque no estoy en el sitio de mi alma.
No me quejo de la buena manera.
La poesía me harta.
Cierro la puerta.
Orino tristemente sobre el mezquino fuego de
    la gracia.

—los niños se van a la cama hambrientos.
—los viejos se van a la muerte hambrientos.

El verbo no alimenta.
Las cifras no sacian.

—el hombre es un extraño animal.




domingo, 25 de febrero de 2024

[claros maderos pulidos]

El nido
JUANA DE IBARBOUROU

Mi cama fue un roble
Y en sus ramas cantaban los pájaros
Mi cama fue un roble
Y mordió la tormenta sus gajos.

Deslizo mis manos
Por sus claros maderos pulidos,
Y pienso que acaso toco el mismo tronco
Donde estuvo aferrado algún nido.

Mi cama fue un roble.
Yo duermo en un árbol.
En un árbol amigo del agua,
Del sol y la brisa del cielo y el musgo,
De lagartos de ojuelos dorados
Y de las orugas, de un verde esmeralda.

Yo duermo en un árbol.
¡Oh, amado!, en un árbol dormimos.
Acaso por eso me parece el lecho
Esta noche, blando y hondo cual nido.

Y en ti me acurruco como una avecilla
Que busca el reparo de su compañero.
¡Que rezongue el viento, que gruña la lluvia!
Contigo en el nido, no sé lo que es miedo.





domingo, 18 de febrero de 2024

[Oh chirriar oxidado de sales]

17
MAGDALENA CHOCANO

seamos otra vez
la adolescente
que desnuda sus ambiguas caderas sobre un charco
oh planetas opacos como muertos
miradme
soy yo posando los pies en el vacío feliz al tararear
esta canción:
prométeme que nunca serás padre
vuelo a alta velocidad sobre la zona
no puedo controlar estos imperios de hojalata,
de cobre, de oro, de aluminio,
cuatro eras del mundo sin misterio,
prométeme que nunca serás madre
homúnculos de todas las edades es hora de callar,
callad entonces,
oíd el gozne de la puerta que se abre a su paso
–stella maris
Oh chirriar oxidado de sales
Oh chirrido, luminaria nocturna
En los tímpanos indemnes del que sueña

De bruces sobre la carretera
Seamos otra vez la que fulgura
Como un puente doblado sobre un río
¿por qué es tan terrible danza a cierta hora?
Me he detenido Sonámbulo
Palpando las paredes de la casa
Es un bloque de luz bajo mis dedos
Es necesario―
Sólo yo estoy de más en la atmósfera
⁄mi nombre no ha sido pronunciado ⁄
Estrella de la muerte–
¿oyes que bien suena la palabra lodo–lodo–
Es peligroso danzar en esta hora
     Pero
           Otra vez
                 Otra vez
Con los pies desnudos en el cieno
Seamos
Otra vez
El que desplaza
Su angosta maquinaria
Como un cerco
⁄llueve en mi piel
Y llueve mucho
Las ramas de los árboles destellan
Un rastrillo se mueve sobre el césped
Siniestro es el empuje de tu sombra⁄
Espectros oh espectros decid
¿qué es lo bello, lo santo, lo perfecto?
–pregunta que me ha llevado a la ruptura–
opípara es la sed que nos aguarda:
seamos otra vez la que digrede

---
Texto encontrado aquí.







sábado, 10 de febrero de 2024

[ya tengo otro amor]


Mantener fuera del alcance de los niños
CAROL ÁNGELES

Ahora lo entiendo, las nuevas vidas no se escogen,
ellas te eligen entre todos los individuos.
Te eligen y te indican el camino inmensurable
el camino de las palabras que solo aparecen y no caben
saltan, una tras otra
y tú eres la Cleopatra que se cree la princesa Diana.

El amor no cambia
tú seguirás siendo el amor de mi vida
Pero yo ya tengo otra vida,
ya tengo otro amor
ya tengo otros ojos a los cuales mirar con pasión y con lástima.

Ahora hay otras víctimas de mi mal humor
que no se quejan de mis improperios ni de mis falsedades.

Ya entendí mi multiverso,
tu amor sigue intacto
y yo te lamo el pene como siempre
con el ritmo y la fuerza que tanto te gusta.




jueves, 1 de febrero de 2024

[No sentí nada]

Soy la que intentó que me gustase un hombre
MARÍA FERNANDA LAVADO MOSCA

lo besé
No sentí nada
le mentí
Yo soy la mujer que se tatuó un corazón en el pecho
porque temía cortarse las venas
Mentí a mi madre
Sí, me he curado
decía mientras escapaba de sus vértebras
ordenadas afiladas
mientras hundía mi cuerpo de fluoxetinas
Soy esa mujer que pintó un cráneo en su cuarto
que enterró su dolor a los quince años
por una mujer


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Texto encontrado en Tinta digital.