martes, 15 de octubre de 2024

[a las seis de la tarde en un banco vacío de la plaza]

Soledad
CRISTINA PERI ROSSI

A los sesenta años me encontraba sola sentada a las seis de la tarde en un banco vacío de la plaza
No podía volver a mi casa
porque mi mujer había descubierto que yo tenía una amante

no podía ir a la casa de mi amante porque me había abandonado
y no podía ir a la casa de la otra ex porque me había prohibido volver
de modo que cuando empezó a llover y no quedaba nadie en la plaza
más que los bancos desolados y las ramas de los sauces precipitándose
me fui a un hotel
a meditar por qué mi vida emocional era tan complicada a los sesenta años
En el maldito hotel de tres estrellas -el único que podía pagarme por una noche- no había ningún libro para leer ni un periódico
solo la estúpida televisión de modo que encendí un canal y me tomé un botellín de whisky del minibar
Pasaban películas de asesinos psicópatas drogadictos y policías corruptos y yo sin poder hablar con nadie
De modo que llamé al Servicio de Socorro para Personas Desesperadas del Ayuntamiento pero me informaron que estaba fuera de servicio por una avería en el sistema Así que me emborraché pensando que todo en este mundo ocurre para hacer películas o literatura aunque fueran malas películas y mala literatura




lunes, 30 de septiembre de 2024

[siete pájaros del prisma]

La monja gitana
FEDERICO GARCÍA LORCA

Silencio de cal y mirto.
Malvas en las hierbas finas.
La monja borda alhelíes
sobre una tela pajiza.

Vuelan en la araña gris
siete pájaros del prisma.
La iglesia gruñe a lo lejos
como un oso panza arriba.

¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!
Sobre la tela pajiza
ella quisiera bordar
flores de su fantasía.

¡Qué girasol! ¡Qué magnolia
de lentejuelas y cintas!
¡Qué azafranes y qué lunas
en el mantel de la misa!

Cinco toronjas se endulzan
en la cercana cocina.
Las cinco llagas de Cristo
cortadas en Almería

Por los ojos de la monja
galopan dos caballistas.
Un rumor último y sordo
le despega la camisa,

y al mirar nubes y montes
en las yertas lejanías,
se quiebra su corazón
de azúcar y yerbaluisa.

¡Oh, qué llanura empinada
con veinte soles arriba!
¡Qué ríos puestos de pie
vislumbra su fantasía!

Pero sigue con sus flores,
mientras que de pie, en la brisa,
la luz juega el ajedrez
alto de la celosía.



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Texto leído aquí.























viernes, 30 de agosto de 2024

[un río, un lenguaje]

[si algo me va a juzgar]
MARIO MONTALBETTI

si algo me va a juzgar
que sea inconmensurablemente
distinto a mí, un río

algo que verdaderamente esté afuera, que fluya

algo en lo que pueda colocar
mi confianza
algo a lo que pueda regresar
cuando se me acabe la emoción

un río, un lenguaje

algo inconmensurablemente marrón

(¿pero acaso puedo colocar mi confianza
en un río? No. En la idea de un río
tal vez)

no sé mucho de ríos pero creo que ya es tarde




jueves, 15 de agosto de 2024

[tú hiciste nido]

Oración (Yehuda Halevi)
JUAN GELMAN

tu hiciste nido de mi amor/y mi amor
vive donde vivís/los enemigos
me atormentan/que sean/sea su ira/
mientras no encuentre mi camino hacia vos/
mis huesos tiemblan sosteniendo a un extraño/
al extranjero de tu piel/
así sea/
mientras no absuelvas mi dolor/
me sudes/me redimas/
me rescate de mí/



martes, 30 de julio de 2024

[bajo un sol soberano]

Sol soberano
MAR DE COPAS

Vivirás usando de una lengua extraña
y tendrás lo que otros van buscando.

Usarás mil máscaras y harás que crean
tu rostro de paloma blanca.

Al final morirás
bajo un sol soberano.

Sentirás que vives en treinta monedas
y pasarás tu vida andando.

Y tendrás la falsedad de tu pensar
y la verdad de tu corazón naciendo.

Al final morirás
bajo un sol soberano.

Deja venir al sol,
que llegue hasta ti
ya olvídate de mi,
me amarás
bajo un sol soberano.

Tu dirás que nunca quise
y nunca te querré
y así voy marchando.

Al final morirás
bajo un sol soberano.

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Canción disponible aquí.




lunes, 15 de julio de 2024

[los dos tiemblan mucho]

Coyoacán 2022
LINA ALONSO

Ayer me preguntaron por los escritores de mi país,
les dije que están publicando sus libros,
ganando sus becas,
terminando sus tesis,
arreglando su sonrisa,
mejorando su dieta,
yendo a terapia.
Siempre están gestionando, tramitando, vinculando
sus afectos como si fueran corporaciones bancarias
—con mi furia me basta y camino feliz a la
obsolescencia con ella—.
Están a la altura de las circunstancias
y yo en la bajeza de un viernes entre las cobijas,
con mis dientes cepillados y listos para apretarlos
dormida.
No tengo mucho y cuando tengo lo regalo, todas
mis amigas tienen mi ropa, a una le dejé
mi casa, a otra mi gato, y a todas mi corazón ya
usado,
que es a veces como un miquito trepando un árbol
de guayaba del que a veces se resbala.
Dos trotskistas me recibieron en su piso,
los dos tiemblan mucho,
así que les ayudo a armar los baretos.
Me dicen Chamaca
y me siento como si fuera la perra.
Veeeeeen, chamaca
¡Chamaca, no! No metas las narices en la basura.
No me molesta la idea de ser una perra,
más me molesta la idea de que una perra se levante
un día siendo humana,
pobre criatura.
Me siento con mi elote en un andén y pienso en
Hunza, en el peto, la mazamorra del Claret
y no siento nostalgia, siento llenura.
Si todos somos hijos del maíz es la respuesta que
no busco pero que me encuentro en la tusa.
Igual, puede ser que a esta hora una ballena esté
desayunando en su casa un tazón de
cereal mientras mira un documental sobre mi vida
y, con ese consuelo, retaco el pasaje del bus que me
lleva ni puta idea a dónde
porque no conozco esta ciudad.


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Texto tomado de Vallejo and Company.



domingo, 7 de julio de 2024

[Hoy me favorecen las cosas bonitas]

[Soy el blanco]
KATERYNA MIKHALITSYNA

Soy el blanco.
Soy el blanco.
De porcelana, inmaculado,
hasta el último trozo de cuerpo, limpio esta alba,
vestida con las mejores galas esta mañana:
bambas favoritas, vestido de flores de colores,
abrigo fino sobre los hombros recién afilados.
Soy el blanco.
Soy el blanco.
Hoy me favorecen las cosas bonitas,
pasaporte en el bolsillo izquierdo, foto de familia en el derecho.
El perfume se agotó. Con la menta
sazono mi pelo encanecido, mi piel primaveral reseca.
Soy el blanco,
los blancos no lloran. No se quejan de la desconfianza,
no se quejan en absoluto,
no culpan a nadie,
no cuando se esconden en la bodega,
no cuando llegan volando los misiles.
Soy el blanco,
cuando el cielo arde y palidece.
Soy el blanco.
Me pongo a la cola
de la muerte
o del pan.

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Traducción de Alyna Petryk. Encuentro. Cien poemas de Ucrania y Polonia. Instytut Literatury, Kraków, 2022, p. 59



domingo, 30 de junio de 2024

[asciendes de cartílago a hueso]

Embrión
MARIELA DREYFUS

Embrión de niño                         poema en embrión

Ambos nacen de una semilla impensada que del caos asciende hacia la luz

Hablo del temblor del origen de dos cuerpos tendidos el uno sobre el otro

Pieles que se humedecen enfebrecidos goznes absoluta fusión de su lengua en mi lengua de su vientre en mi vientre y después

Armonía finita interminable en el instante en que la cópula nos une y suspendida la razón se abre el tiempo:


Hilo tras hilo liana tras liana acontece y se gesta el nuevo fruto

Del albumen al tallo de la letra a la línea el sentido se trama y su sonido

Venas que son sintagmas nervios que se entrelazan como en la sinalefa o la sinapsis

Ciegas en marcha las sílabas o células sigilosas se buscan un lugar


Siento en mí tu latido pececillo que es el mío latido escondido:

Lento en la sombra asciendes de cartílago a hueso

Y lenta como la noche mi palabra asciende:


Óyeme que soy tuya en este balbuceo

Este canto que urdimos con pasión y delirio.



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Texto tomado de Poesía en la ciudad.



sábado, 15 de junio de 2024

[cuatro habitaciones]

Mi amante suizo
KÄTLIN KALDMAA

Mi amante suizo vive en el infierno más profundo del mundo.
Intenta tú llegar a Zurich sin un jet privado.
Ya en Zurich, hay que reconocer
que no es difícil, porque los trenes suizos
llevan a la gente a la aldea-bombón más remota
incluso los domingos por la noche,
no como en mi país
donde el autobús solo va al pueblo de mi abuela dos veces por semana
y nunca vuelve.
Mi amante suizo
odia la violencia, odia el dinero, odia a los blancos,
odia a los suizos, odia a los verdes, odia a los rojos,
odia las montañas, odia al sistema
que le permite escribir, odia la tele,
odia a la gente que sale en la tele,
odia el éxito, odia los coches, odia a los cristianos,
odia Suiza, odia a las campanas de la iglesia,
odia, odia, odia.


Mi amante suizo escribe un folio de su novela cada día
y cree que venderá 100.000 ejemplares
y será traducida a todos los idiomas del mundo
y nunca más tendrá que trabajar
y podrá escribir su próxima novela
un folio al día.

Mi amante suizo tiene una docena de gatos,
todos predestinados a morir.
(todos estamos predestinados a morir.)
Las manos de mi amante suizo son como patas,
su voz es como el ronroneo de un gato
(salvo cuando hay algo que odia),
se coloca en el lugar más cómodo de la casa
igual que un gato y despliega su vida alrededor,
todo a su alcance, para no tener apenas que moverse.

De vez en cuando su pata izquierda
cae rotundamente en el sofá,
una nube de polvo asalta su nariz
y estornuda, tan tierno y tan gracioso,
como un gatito acorralado que escupe.

La película favorita de mi amante suizo es “Ciudadano Kane”
y su libro favorito “Ulises”, cuando emiten las noticias
se va a otra habitación. El mundo está tan feo.
Mi amante suizo habla americano.
Dice que lo aprendió del cine.

Mi amante suizo es vegetariano,
come queso y huevos y cuajada.
Pero no comerá nada que haya sido matado
o que tuviera voz.
Pero y las patatas, protesta mi voz interior,
o las pobres zanahorias que gritan de dolor
cuando se les hincan unos dientes vegetarianos,
machacándolas vivas.
Vivas.
Mi amante suizo se pone feo a posta
para que la gente tenga que esforzarse
e ir más allá de la superficie
si de verdad tiene interés en él;
a veces se pregunta en voz alta
por qué tiene tan pocos amigos
y por qué no ha tenido mucha suerte con las mujeres.
Antes de mí.

Mi amante suizo es todo un gatito en la cama.
Araña y maúlla y se acurruca hacia ti
y ronronea cuando lo acaricias,
sus besos son mojados y ruidosos
como en las películas,
hace una performance para sí mismo como delante de un espejo
y justo antes de correrse sube de volumen
igual que una peli porno de Tyro:
“Oh ya, oh ya, oh ya, oh ya, oh ya, oh ya.
OH YA, OH YA, OH YA, OH YA, OH YA!!!”
Muerdo la almohada para no reírme
y él interpreta mi jadeo como señal de que me he corrido.
OOOOH YAAAAAA!!!!

El sentido de la justicia de mi amante suizo
es muy fino.
Llora cuando ve a la gente sin hogar
y vive solo en un piso de cuatro habitaciones.


Versión de Lawrence Schimel
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Texto encontrado en Círculo de Poesía.



sábado, 1 de junio de 2024

Un poema de Carmen Ollé

Amor - suciedad de las partes - regocijo de los genitales
¿nuestros hermosos vacíos son de índole melancólica?
a bajas de presión elevación de temperatura -aceleración
del pulso -oh materia fisiológica- orgánica del despertar:
aliento seco y ácido -topología del sufrir inflamaciones
hepáticas -filosofía del morir: nostalgia que rebalsa
la noche y su dinámica - embolia-abandono-ancianos
y risa - carcajada - cascajo - fierro - óxido
distensión de los músculos buscales
alteración de la retina-hinchazón del vientre
y crisis: ¡CRAC!
y CRAC: rotura
de la imagen.

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De: Carmen Ollé, Noches de adrenalina, Lima, 2005





miércoles, 15 de mayo de 2024

[les conozco la cifra]

No sé qué, no sé cómo, no sé dónde...
ESTHER ALLISON

No sé qué, no sé cómo, no sé dónde,
No sé cuándo, no sé, pero es tan claro
que a todos los misterios que acaparo
les conozco la cifra, aunque se esconde.

Por más que cada enigma se me ahonde
para aún más ahondarme al desamparo,
cada fin anticipo a su reparo
aunque si indago no se me responde.
No sé qué, no sé cómo, no sé cuándo...
Ay incógnito amor, clave ocultada!
Pero todo lo sé de contrabando.

En cada vez que le pregunto, en cada,
sólo el silencio, sigiloso, blando...
Pero todo lo sé sin saber nada.


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Texto leído por primera vez en Sol negro.