Ya no quedaba más que la espera y la venganza, y ahora que ha llegado el momento de la venganza y que la espera ha terminado, me doy cuenta con sorpresa de lo insignificante y vulgar que resulta todo lo que nos podemos contar, confesar o mentir: uno no puede sino aceptar la realidad. Yo ya he aceptado la realidad. Y el fuego purificador del tiempo ha extraído de mis recuerdos toda ira.
-----------------
El último encuentro. Sándor Márai, trad. Judit Xantus Szarvas, Salamandra, 1999.
Texto tomado de aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario