ni sol ni sombra/ ni agua ni tierra/ ni triste casa/ ni rica hacienda/ ni un espejito para mirarme/ amaré al aire (w. delgado)
domingo, 3 de septiembre de 2017
Los caminos del desierto 1
Salmo III
JACEK DEHNEL
¿Qué quieres de nosotros, Señor? Te entregamos, en abundancia,
de los enemigos: sus manos cortadas, sus cráneos golpeados,
y las copas vidriosas de los ojos. Ya no quedan moabitas,
tampoco filisteos, ya no hay pueblo de Caná,
no quedan amalequitas ni adoradores del Perro.
Sus templos consumidos, sus altares caídos,
sus dioses fundidos para peldaños del Arca,
sus rebaños descansan en nuestros corrales,
mientras nuestro tesoro guarda sus metales,
sus hijos nos tocan las arpas, y sus hijas
nos vierten vino espumoso en vasijas rojas.
Con cada ciudad conquistada nos miramos con
mayor temor. Y el viento, el viento sopla desde el desierto.
Varsovia, 27 II 2002
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Traducción de Alhelí Málaga Sabogal
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