La historia no tendría ningún sentido si no cambiara nuestra identidad. Nuestro conocimiento histórico, sociológico (nuestro, porque nunca lo sabemos todo- sabemos aquello, que queremos saber), nuestras opiniones políticas- todo eso nace también de reacciones, de inseguridades, sorpresas, exotismo, accidentes, descubrimientos realizados por cuenta propia, e iluminaciones banales. En el sitio de encuentro entre lo privado y lo político. Los libros enriquecen nuestra enciclopedia, agregan palabras a nuestro diccionario, pero nos cambian los eventos. Frente a ellos somos siempre ingenuos. Indefensos ante las emociones que los acompañan. Cambiamos en la práctica, obligados a la confrontación con algo distinto de aquello a lo que estábamos acostumbrados. En eso al fin consiste el acontecimiento. Algunos pueden solos crear los acontecimientos, otros son sus partícipes, mientras que otros se limitan a ser solo espectadores.
¿Cómo debo contarlo? ¿Qué exponer, y qué esconder? ¿Fingir ser sabia, o más bien ingenua? Nací demasiado tarde o demasiado temprano, en el lugar no adecuado, en el cuerpo incorrecto... Desde que tengo memoria, no quepo en mi propio mundo, pero me falta valentía, para cuestionarlo hasta el fondo.
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...continuará...
2 comentarios:
Felicitaciones por la traducción, Alheli.
Twoja mama
Alhelí:
Falta el enlace a la parte siguiente.
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