miércoles, 15 de enero de 2020

destrozados los platos


CASA ASESINADA

En un solo minuto, se acaba con la vida entera de una casa. Una casa asesinada es también una masacre colectiva, aunque no se hallen dentro sus moradores. Una fosa común de enseres con los que levantar un edificio al significado, o un poema nimio en tiempos de guerra. Una casa asesinada mutila las cosas, amputa su relación con los nombres de los sentimientos. Es trágico que la elocuencia tenga que ocuparse de la vida de las cosas. En cada objeto hay un ser que sufre... el recuerdo de unos dedos, de un olor, de una imagen. A las casas las asesinan como a sus moradores. Y asesinan la memoria de los objetos: piedra, madera, cristal, hierro, cemento, yacen despedazados como seres vivos. Algodón, seda, lino, cuadernos y libros están hechos jirones como las palabras que a sus dueños les cuesta decir. Están destrozados los platos, las cucharas, los juguetes, los discos, los grifos, los balones de gas, las manijas, la refrigeradora, la lavadora, las macetas, los tarros de aceituna, de encurtidos y de conservas, como destrozados están sus dueños.

Están pulverizados los blancos de la sal y el azúcar, las especias, la caja de fósforos, las pastillas, los anticonceptivos, los antidepresivos, las ristras de ajos, las cebollas, los tomates y las okras secas, el arroz y las lentejas, como les pasa a sus dueños. Están hechos trizas el contrato de alquiler, el libro de familia, la partida de nacimiento, la factura del agua y de la luz, los carnés de identidad, los pasaportes y las cartas de amor, como están hechos trizas los corazones de sus dueños. Las fotos, la ropa interior, las sábanas y las toallas, los zapatos, el cepillo de dientes, los peines y los pomos de crema están desparramados entre los escombros como secretos de familia a la vista de todos. Todas estas cosas son la memoria de una gente despojada de las cosas, y la memoria de unas cosas despojadas de la gente... En un solo minuto todo se acaba. Nuestras cosas mueren como nosotros. Pero no las entierran con nosotros.


Mahmud Darwish
La Huella de la Mariposa, 2013

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Poema leído en la muestra sobre la obra "Mi nombre es Rachel Corrie", basada en las cartas de Rachel Corrie, editada por Alan Rickman y Katharine Viner. Desde el 13 de enero del 2020 en el Teatro La Plaza, Lima, con la dirección de Nishme Súmar

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