Aunque entré al feminismo por la portezuela con el letrero „democracia liberal”, encontré aquí mucho mas de lo que esperaba. Ante todo, comprendí que ser mujer acarrea consecuencias mucho mas graves de lo que me parecía cuando tenia veinte años. Eso no significa que considere la diferencia de genero como la fundamental: al contrario, me hice mas sensible también a otras diferencias. Al fin y al cabo todo esto se dio al mismo tiempo que el cambio de sistema y la construcción del capitalismo. Se acabaron los tiempos en que se podía creer ingenuamente que el fin del comunismo traería un inmediato bienestar para todos. Pero fueron estos dos factores- la experiencia de la transformación y el feminismo- los que hicieron que el problema de las diferencias sociales, de la exclusión, de las desigualdades económicas volviese a revivir en mi cabeza. Se volvió tan real como el alguna vez básico conflicto entre las tendencias libertarias y el comunismo. Y en ese momento me separe (mentalmente) de mis compañeros de la oposición, de los que gran parte se hundió en los archivos y en exhibir su cualidad de antiguos luchadores. E incluso si no se hundieron, de todas formas se quedaron en tiempos en que aun no existía el termino „globalización”. Los antiguos comandantes*, que seguían aprovechando las acciones de Agora*, se petrificaron en un discurso que en algún momento tal vez fuera revolucionario, pero que hoy es conservador.
De modo semejante a las Manifas* feministas, las Paradas de la Igualdad Gay- por primera vez participe en este evento en el año 2003- son mas que un modo de reclamar la tolerancia y derechos en si. Son también un espectáculo. Véannos. Chóquense con el hecho de que existimos y de que somos distintos. Sin embargo, para mi esas ya no eran luchas. Voy a ellas como un ciudadano civilizado a una manifestación. Así, simplemente. Lo entendí, cuando después de la ultima Parada de Igualdad converse con mi ex hijastra. “Cuando iba entre la multitud, me di cuenta de cuantos somos- contaba ella- sentí que algo nos unía, y eso me conmovió tanto que me puse a llorar”. La escuchaba con envidia, pues recordaba esa sensación- incluso de las misas por la patria*- pero deje ya de experimentarla. Envejecí. Tampoco necesitaba de los eventos y luchas de lesbianas y gays para entender y hacerme consciente de algo. Eso sucedió antes.
Cuando iba al colegio, en los libritos concienciadores, la homosexualidad aparecía en la sección “desviaciones”. Pero eso no me llamaba la atención. Otras desviaciones sexuales eran decididamente mas excitantes. Que mas puedo decir? Hasta ahora no puedo explicarme mi propia falta de reflexión. La homosexualidad existía y al mismo tiempo no existía. Mientras crecía, me sucedía esto y aquello con amigas. Uno de mis primeros enamorados me confeso que, antes de mi, estuvo enamorado de un compañero del salón. Otro pata contaba a su vez como al no poder arreglárselas con ciertas cosas, fue al sexólogo. Este lo miro hondo a los ojos y lo invito a pasar un fin de semana en Mazury. Conocía a hombres muy solitarios, sobre los que sabia que eran homosexuales, así como hombres casados, sobre cuya preferencia por los muchachos se chismeaba abiertamente. Ello no tenia para mi ningún sabor a escándalo- nosotros, los hijos de Woodstock y del KOR, eramos bastante liberales, pero de un modo totalmente irreflexivo. Y tal vez por ello todas esas experiencias e informaciones aparecían por un momento y de inmediato desaparecían. No conducían a ningún cambio en el pensar. No provocaban ninguna pregunta. Los libritos sobre desviaciones lo suyo, y la vida lo suyo. Todo eso sucedía por allí escondido, bajo la piel de la llamada normalidad. Recién hoy se que la emancipación consiste justamente en mostrar lo no mostrado, pero yo crecí en tiempos pre-emancipatorios. Y me desperté recién a fines de los ochenta como una señora de mediana edad.
Conocí a Julio. Julio era un indígena quechua del Perú. Llego a Polonia hace mas de diez años, a estudiar en un país socialista como premio por el comunismo del padre. Aquí se hizo parte de la oposición, de aquella que era mas de derecha. El 13 de diciembre* estaba en el astillero*. Arrestado junto a los demás, fue deportado y se instalo en París. Cuando, aun antes del 89, se dio cierta liberalización, se le permitió venir aquí de nuevo. Y entonces lo conocí, quizás en el departamento de una de las ministras del gobierno actual. Julio era distinto, pero no era un delicado señor con fularel. Era maravilloso, colorido, y no tenia absolutamente ningún problema con ser homosexual abiertamente. Fue el primer gay al que conocí. Y- lamentablemente- tenia el VIH. Hoy esta muerto. Nos gustaba discutir sobre quien es mejor escritor: Parnicki o Vargas Llosa. Yo, por supuesto, estaba del lado de Vargas Llosa. Hablamos poco sobre su orientación, mas sobre el racismo dominante en Francia. Y mucho sobre el sida. Mi hijo era aun pequeño, y el gato podía rascar hasta hacer sangrar. Había momentos en que tuve miedo, ademas de que realmente sabíamos muy poco sobre el VIH. Pero Julio era muy responsable, y yo pronto me iguale en las lecciones atrasadas. Me di cuenta que vivo en un país sin gays, y lo considere una perdida importante. (Aunque era justamente el momento del nacimiento del movimiento gay en Polonia, sin embargo públicamente aun había silencio al respecto). Y recién entonces apareció en mi cabeza el convencimiento claro y distinto de que la homosexualidad no es un problema moral. No es algo bueno o malo, simplemente es. Y- de modo semejante a la feminidad- tiene consecuencias mucho mas hondas, no se reduce solamente a con quien se duerme. Por eso también fui hincha del movimiento homosexual desde que apareció en la superficie de la vida publica. Y ya no necesitaba para ello participar en ninguna manifestación.
Sin embargo, aun considero que las manifestaciones, luchas y marchas son indispensables. Una marcha siempre es riesgosa para los que toman parte de ella. Es riesgo de ridiculización, de marginalización, de ser considerado un loco. No siempre puede uno esconderse en una multitud de miles. Durante al menos un momento hay que supeditarse a lemas sencillos, a veces demasiado sencillos. Pero es una escuela no solo de lucha, sino también de pensamiento. Y de sentir. Y la única ocasión, para, por al menos un momento encontrarse afuera del sistema y verlo desde allí.
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la parte anterior
¡Es todo! ¡Aquí acaba! Con bendición lejana de la autora- aquí esta.
3 comentarios:
Alhelí: ¿Felicitaciones por la traducción! ¿Vas a explicar las palabras con asterisco?
Isabel
Eso intentare, espero que los lectores tambien me ayuden :)
*comandantes*- vease comentarios a la parte 2;
*Agora- sociedad anonima que fue creada en base a Gazeta Wyborcza (Gaceta Electoral), primer periodico sin censura luego de 40 anhos que los comuistas permitieron publicar como organo de propaganda electoral de Solidarność en 1989. Adam Michnik, uno de los comandantes, sigue siendo redactor general de Wyborcza, y esta tiene un poder bastante grande;
*Manifas- vease comentarios a la parte 8;
*misas por la patria- forma de protesta durante el estado de guerra;
*13 de diciembre en el astillero- quienes se encontraban ahi fueron arrestados como parte de la oposicion.
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