(transcribo el contenido de las nubecitas del cómic. Alfonso, papá y mamá)
- Hola, mamá... ¿Qué hay de cenar?
- Ah, hola, papá..., er... ¿Por qué lleváis todos esos bates de béisbol?
- Pero Alfonso... ¿no te acuerdas? Hoy hay que ir al descampado a pegarse con los Gutiérrez porque se han puesto una cocina mejor que la nuestra...Venga, arréglate que nos vamos...
- !?Eh!? ¡No pienso participar en eso! ¿No os dais cuenta de lo vacíos que estáis? ¡La sociedad os ha convertido en unos monstruos absurdos!
- Mm... Tienes razon, hijo... Es normal que te sientas incómodo con las contradicciones del modo de vida capitalista...
- ...pero no es bueno que interiorices tu malestar, deberías desahogarte rápidamente... ¿Por qué no te vas esta noche al centro con tus amigos y os dedicáis a destruir la propiedad pública y a consumir drogas?
- Escucha a tu madre, Alfonso... y de paso podrías crear una asociación antisistema, o un grupo violento de izquierdas que os permita sociabilizar a partir de ese odio que todos compartís...
- Si, hijo, no queremos que te conviertas en un psicópata o en algún amargado solitario...
- ...Claro, y conforme se desarrolle esa primera estructura social, tú mismo pondrás en practica todos esos valores que ahora rechazas, como el orden, la ambición, el respeto a las jerarquías y al poder económico, la disciplina...
- Y más adelante, como está demostrado, toda esa experiencia puede ser una excelente pista de despegue hacia un importante puesto en la administración pública o en el sector artístico-empresarial...
- Claro, Alfonso, ¡será genial!... Mira, toma dinero y un consejo: ¡nunca permitas que tus ideales pongan en peligro tu propia calidad de vida!
-Adiós, hijo... ¡Vuelve antes de las doce y recuérdalo todo bien porque estos serán los mejores años de tu vida!
- Er... vale
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Paco Alcázar, El manual de mi mente, Reservoir Books, Barcelona 2008, p. 110-111
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