domingo, 15 de septiembre de 2024

[habrá nueve estudiantes]

La casa de mis padres
YOLANDA CASTAÑO

No defenderé la casa de mis padres.
Ni contra los lobos la sequía ni la usura.
Porque nací en el ensanche de una ciudad arroyada,
y al final ni era suya y hubo de venderse.
Jamás tuve ganado, ni huertos ni pinares,
toda la tierra que tengo está en un tiesto de plástico.
Tendré que pagar rentas y préstamos y cuotas
pero no defenderé la casa de mis padres.
Oscilará a merced de los especuladores,
habrá nueve estudiantes donde un día fuimos cinco.
Me purgaré del anclaje de una idea de clan,
de las torgas de la sangre y poder de la pertenencia
y no defenderé la casa de mis padres,
escoltaré sus pisadas donde anden arrendados.
Si hay alguna relación entre útero y familia
habría que estamparla contra ese muro de cemento.
Se sucederán los negocios cuando ya me haya ido,
nos quitarán el crédito, desahuciarán del aire,
pero nuestra memoria flotará en estas hojas.
Mucho de cuanto fuimos no se destruirá
pero no defenderé la casa donde nacimos,
la misma en la que hoy malvende sus cimientos
un parking a un euro y setenta y cinco la hora.



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